La enseñanza se fundamentaba o dividía en tres aspectos: doctrina cristiana (catecismo), elemental (lectura y escritura en español y latín, y la enseñanza básica de las matemáticas) y los oficios “mujeriles”, es decir lo que estuviera relacionado con el cuidado en el hogar (bordar, tejer y cocinar).
Sobre la tapadera sientan en cambio dos figure allegoriche mujeriles en mármol de Carrara, no identificadas de atributos connotativi, pero que deberían raffigurare, a cuanto emerge de los documentos, la Fortaleza y la Fe.
Los entendimientos que de su natural son flacos y mujeriles y que con el demasiado ocio lozanean, como carecen de verdaderas injurias, se alteran con éstas, cuya mayor parte consiste en la culpa de quien las interpreta.
¡Oh, cuántas calamidades han irritado aplausos mujeriles en la muerte de los enemigos introducido por los invencioneros del miedo, que, pobres de valor, por divulgar vitorias, granjean castigos!
No había transcurrido un segundo cuando volvió: traía una soga. -¡No le vaya a pegar! -prorrumpen
mujeriles voces. -¡Pobrecito! -dice la del jabón- Qué culpa tiene él!
Tomás Carrasquilla
Oía choque de corazas y espadas, sonar de cuentos de lanza sobre baldosas, pasos trabajosos y desiguales, sordas imprecaciones, blasfemias cínicas, sollozos desgarradores arrancados de
mujeriles pechos.
Emilia Pardo Bazán
Pañolón de trapo gastan algunas, montera, una que otra, ni pañolón ni montera, las restantes; y tales atavíos
mujeriles están colgados en un lazo que hay en un rincón, a manera de percha.
Tomás Carrasquilla
Otrosí porque sabemos que el pintar a los reyes y emperadores antiguos rapados como frailes es porque, como eran coléricos, apenas sufrían los bigotes, declaramos por flemáticos pesados, por desocupados, ociosos y mujeriles a todos los que gastan la mayor parte del día en hilarse los bigotes.
Las mujeres, apartadas sus labores mujeriles, esperan devotamente que los hombres se santigüen, Los muchachos, impacientes, a hurtadillas se sonríen, por más que les amonestan los viejos que les imiten.
Y entre el concurso de mujeriles sujetos vio dos soles de divino esplendor, oposición no del celeste, superiores sí en lo primero de lo pomposo y refulgente, siendo el vínculo del deudo sororios primos.
De muchos de éstos nos da noticia exacta la Historia; pero el que primero subió a la cumbre, y como a la torre de homenaje de este vicio, fue el emperador Nerón, tan disoluto y afeminado, que pareciera que no se podía temer de él operación propia de hombre, sino tan cruel que debería decirse con razón no podía haber en él sentimientos mujeriles si no se supiera.
Con la ingenuidad de un adolescente que abre su alma al sacerdote que ha de absolverlo, le referí mi vida, sin atenuar nada, ni mis ímpetus idealistas, ni mis desmedidas ambiciones de saber, de gloria, de riquezas y de placeres, ni las crapulosas orgías, los mujeriles desfallecimientos y las miserables inacciones que me postran por temporadas.