En el cierre de cristales hay un surtido de gemelos magníficos, acromáticos, con los cuales los fumadores observan el
mujerío que pasa por la calle, siempre concurrida.
Emilia Pardo Bazán
No me permite un devaneo con una cursi; aun dentro de la buena sociedad (la conoce ya al dedillo; no sé cómo se las ha arreglado), no tolera sino a la media docena de señoras chic..., que, como sabes, ¡están ya muy défraîchies! -Pues creo que eso honra a John, y que John vale más que el
mujerío de segunda.
Emilia Pardo Bazán
Pero tantos siglos de siglos -secula saeculorum- fueron pasando, que al fin, al fin (es decir, al fin no, porque aquello no tiene fin) Servando... se puso a reparar en el mujerío que tenía enfrente.
La comunidad, vestida heterogéneamente al gusto de cada alumana, atraviesa la plaza, al son de la Garibaldina que tocan dos clarinetes, un bajo y la retumbante tambora del maestro Feliciano; precede aquel
mujerío sabiondo, Doña Carmela Bedoya de Pulgarín, la pedagoga ilustre; síguelo la embelesada turbamulta.
Tomás Carrasquilla
El prestigio de tal dineral; la fama de las virtudes de Damián, que ya por ese entonces llenaba los ámbitos de la parroquia; la fealdad casi ascética y decididamente eclesiástica del beneficiado formáronle aureola, especialmente entre el
mujerío y gentes piadosas.
Tomás Carrasquilla
-Pos no se perdió usté na, y mire usté que estaba la plaza pa chillarla, parecía mismamente un muestrario de percales de colores, y llena, tan llena, que no había donde echar una salivilla... Y un mujerío..., ¡qué mujerío!
No era la bien trazada pierna el único atractivo que realzaba al profesor de esgrima; podía envanecerse y alabarse de unos bigotes castaños, lustrosos de cosmético, un cuerpo ágil y estatuario, que el diario ejercicio del florete volvía más airoso, y, en el ramo de indumentaria, preciarse de una colección de látigos con puño de plata, calzones de punto, corbatas flotantes y dijes de reloj en extremo caprichosos, todo lo cual hacia a Armando Deslauriers muy peligroso para el
mujerío marinedino de cualquier estado y condición: señoras y artesanas, dueñas, casadas y doncellas.
Emilia Pardo Bazán
Moneda espiritual en que se fragua todo lo que sufriste: la piragua prisionera, el azoro de tus crías, el sollozar de tus mitologías, la Malinche, los ídolos a nado, y por encima, haberte desatado del pecho curvo de la emperatriz como del pecho de una codorniz. SEGUNDO ACTO Suave Patria: tú vales por el río de las virtudes de tu
mujerío.
Ramón López Velarde
Tengo cuarenta cumplidos, a vosotros sería inútil negároslo, y lo que es este año que empieza, no se termina sin que os haya dado parte de boda. Estoy harto de intrigas amorosas; estoy de
mujerío hasta aquí y, además, ahora el amor no se lleva, no viste.
Emilia Pardo Bazán
Termina la misa. En el rebullicio de la salida Rogelio se cuela por entre el
mujerío, se llega a la sacristía, empuja la puerta y se escurre.
Tomás Carrasquilla
Curro, tras saludar a su comadre, sonriendo con expresión maliciosa, se dirigió al grupo desde el cual el Pijota seguía fogueando con apasionado mirar la fortaleza ambicionada, y -Caballeros, güenas noches -dijo, y tras los apretones de mano de rúbrica, añadió con acento ponderativo-: ¡Camará!, y cómo está la calle de mujerío, chavó, y vaya si está archibonita mi comadre.