Bebedor y holgazán,
mujeriego, timbista y perdido como era su Frutos, alias Verderón, siempre acompañaba y traía a casa una corteza de pan...
Emilia Pardo Bazán
Y cuenta que los refranes y sentencias son evangelios chiquitos, que dicen más verdad que la bula de composición, y los inventó Salomón, que fue un rey más sabio que el virrey príncipe de Esquilache, y que, como él, sacaba décimas de su cálamo, y era más
mujeriego y trapisondista que Birján y los doce pares de Francia que vinieron con Pizarro a la conquista.
Ricardo Palma
Gabriele D'Annunzio, poeta decadente, artista, músico, esteta,
mujeriego, atrevido pionero aeronáutico, mago negro, genio y canalla, emergió de la I Guerra Mundial como un héroe con un pequeño ejército a sus órdenes: los "Arditi".
Hakim Bey
-Por eso ha sucedido todo esto. Eres tan confiada.-bruscamente interrumpió Don Ramiro- Esteban es un holgazán, un
mujeriego. Allá en la ciudad es famoso entre sus conocidos por sus amoríos, te lo advertí la noche de la fiesta.
Antonio Domínguez Hidalgo
Su dueño, por los años de 1813, era un indio rechoncho, feo como una pesadilla,
mujeriego, parrandista y muy palangana y metido a gente.
Ricardo Palma
111 La fama de mujeriego que había precedido á Bolívar contri- buyó en mucho á que el gobernador encontrara lógica y acer- tada la descifración que, de las tres etcéteras, hicieron sus ami- gos, y después de pasar mentalmente revista á todas las mucha- chas bonitas de la villa, se decidió por tres de las que le pare- cieron de más sobresaliente belleza.
Muerto el conde-académico sin sucesión legítima, legó el condado a su primo el limeño don Manuel Díez de Requejo, criollo a las derechas, parrandista, jugador y
mujeriego; en una palabra, mozo cunda, cumbianguero y de mucha cuerda.
Ricardo Palma
Éstas y otras lindezas del virrey que, por
mujeriego, tuvo tristísimo fin a inmediaciones de la que hoy es plaza de Bolívar y antes fue de la Inquisición, las encontrará el lector en las interesantes Relaciones de Indias de nuestro amigo don Marcos Jiménez de la Espada.
Ricardo Palma
Pronto se encontró, en la izquierda de la batalla luctuosa, con el divino Alejandro, esposo de Helena, la de hermosa cabellera que animaba a sus compañeros y les incitaba a pelear; y deteniéndose a su lado, díjole estas injuriosas palabras: —¡Miserable Paris, el de más hermosa figura,
mujeriego, seductor!
Homero
Dirán que no sin solapa, y con agravio de Dios, simpáticos hago a Los caballeros de la capa; Que a virreyes del Perú del negro sepulcro evoco, para respetarlos poco y tratarlos tú por tu; Que con fines muy nefandos, calumniador de la historia, sombras echo en la memoria del ilustre Pepe Bandos; Que tal vez estando chispo esas quimeras hilvano, pues que trato liso y llano al fraile y al arzobispo; Que doy escándalo grave refiriendo el gatuperio que condujo a un monasterio a la Monja de la llave; Que no merece laurel, sino palo, mucho palo, quien ve un dulce de regalo en Leonorcica Michel; Que allí descubro mi juego por la idea y la palabra; que al monte tira la cabra y debo ser mujeriego...
Si no miente el obispo Villarroel, en sus Dos cuchillos hubo,allá por los años de 1630, un don Juan, Oidor de la Real Audiencia de Lima, que en lo
mujeriego, fué otro don Juan Tenorio.
Ricardo Palma
Como el que descubre un dragón en la espesura de un monte, se echa con prontitud hacia atrás, tiémblanle las carnes y se aleja con la palidez pintada en sus mejillas, así el deiforme Alejandro, temiendo al hijo de Atreo, desapareció en la turba de los altivos troyanos. Advirtiólo Héctor y le reprendió con injuriosas palabras: — ¡Miserable Paris, el de más hermosa figura,
mujeriego, seductor!
Homero