imaginar

Sabed que la hermosura de un hombre le es el objeto más indiferente. Nadie se podría imaginar hasta qué punto la desdeña e igualmente a la riqueza y las otras ventajas que envidia el vulgo.

Alicia contestó con entusiasmo, porque siempre estaba dispuesta a hablar de su amiga favorita: - Dina es nuestra gata. ¡Y no podéis imaginar lo lista que es para cazar ratones!

Porque no podía imaginar que después de haber dicho que la inteligencia había dispuesto las cosas pudiera darme otra causa de su disposición sino ésta que aquello era lo mejor.

Cuando el espejo ahumeante de los sueños se apoderaba de él, TEZCATLIPOCA le hacía imaginar que IZTACCIHUATL se encontraba a su lado, pero de pronto despertaba sobresaltado, comprendía todo y deseaba morir.

Ese mismo em- peño en hacer su autobiografía nos es sospechoso por lo im- propio y rebuscado, pues ninguna mujer románticamente ena- morada de un hombre, á quien no conoce más que por sus comedias, es capaz de imaginar que...

Señor Presidente, cuando yo estoy frente a un hombre que es el Presidente de México me quiero imaginar que es un hombre que no crea sus conceptos sobre un país hoy, sino que los ha tenido de siempre, y que hoy tiene la oportunidad de presidir a todos los mexicanos.

Me detuve bajo el Arco del Triunfo para mirar la avenida, la larga y admirable avenida estrellada, que iba hacia París entre dos líneas de fuego, y los astros, los astros allá arriba, los astros desconocidos, arrojados al azar en la inmensidad donde dibujan esas extrañas figuras que tanto hacen soñar e imaginar.

He aquí, mi querido Cebes, mi apología para sincerarme ante vosotros al abandonaros, y al separarme de los dueños de este mundo no estar triste ni disgustado, en la esperanza de que allí, no menos que aquí, encontraré buenos amigos y buenos señores, que es lo que el pueblo no sabría imaginar.

Alicia abrió la puerta y se encontró con que daba a un estrecho pasadizo, no más ancho que una ratonera. Se arrodilló y al otro lado del pasadizo vio el jardín más maravilloso que podáis imaginar.

La más sorprendente, la más extravagante que cupiera imaginar: de sus labios salieron palabras de locura; el general no podía prestar crédito a sus oídos.

- Y empezó a imaginar lo que ocurriría en este caso: «¡Señorita Alicia, venga aquí inmediatamente y prepárese para salir de paseo!», diría la niñera, y ella tendría que contestar: «¡Voy en seguida!

Este ha sido el modo como ella por sí misma, y á esfuerzos de su propia resolución, se ha constituido en libertad y en el pleno goce de sus derechos; pero se engañaría cualquiera que llegase á imaginar que su intención había sido entregarse al arbitrio ajeno, y hacer dependiente su suerte de otra voluntad.