No faltan juegos mecánicos, antojitos mexicanos, torneos deportivos, carreras de caballos, los jaripeos que los lugareños engalanan con sus hermosos pencos a los que hacen bailar cuando escuchan los sones sin dejar de florear la reata de lechuguilla o lanzar manganas a los toros.
A principios del siglo XIII empiezan a usarse otros nombres como blida, biffa, tripantum, troia, briccola, trabucium, etc., que sirvieron para distinguir dentro del género variantes: erexerunt quoque petrarias, quas nos manganas aut trabucos dicimus (Malvecio, Chronicon Brixianum).
El ejército musulmán plantó su campamento a los pies del castillo de Aledo, y comenzó a hostigar la posición cristiana mediante disparos de manganas y balistas, construidas ex profeso por expertos artesanos traídos desde Murcia.
El hambre, las enfermedades y los muertos por los continuos ataques de manganas y trabucos, obligan que a mediados de septiembre se rindieran y entregaran la ciudad.
Las manganas consisten en que un charro situado en cualquier lugar del ruedo a una distancia mínima de cuatro metros de la barda perimetral, después de florear su reata lace los cuartos delanteros del equino que siendo arreado por tres charros montados a caballo desarrollará su carrera, una vez manganeado, (lazado de las manos), el charro manganeador lo estirará con su reata para derribarlo.
El tiempo para ejecutar las manganas tanto a pie como a caballo será de 8 minutos, solamente se autorizara y se detendrá el cronómetro para el primer cambio de yegua, así como por accidente o por que la yegua brinque o salga del ruedo, no se detendrá el cronómetro para los cambios de yegua subsecuentes.
Otras máquinas de asedio usadas por Jaime I fueron las manganas, similares a los fundíbulos y de fácil construcción y también las brigolas, que al ser giratorias permitían cambiar la dirección del proyectil.