En la actualidad aparece como una gran mancha comida por el ácido en medio de los bosques y campos, y los pocos que se han atrevido a acercarse por allí a pesar de las leyendas campesinas le han dado el nombre de "erial maldito".
En efecto, el derecho consuetudinario, (a través de las tradiciones, usos y costumbres), las instituciones (como las mayordomías, las cofradías, el compadrazgo, la familia, la amistad) y las autoridades (tradicionales y religiosas), lo mismo en comunidades indígenas y campesinas, como en los cinturones de miseria de las ciudades, son mantenidos de manera impecable e incorruptible.
Las leyendas campesinas son muy extrañas. Y podrían ser incluso más extrañas si los hombres de la ciudad y los químicos universitarios tuvieran el interés suficiente para analizar el agua de aquel pozo olvidado, o el polvo gris que ningún viento parece dispersar.
El Estado toma medidas para realizar transformaciones democráticas en la agricultura a favor de las amplias masas campesinas y con su participación activa, presta la ayuda necesaria a los campesinos concediéndoles créditos bancarjos, coadyuva a la adquisición de máquinas agrícolas, semillas de buenas especies, fertilizantes químicos, venta de la producción y la materia prima agrícolas; apoya y alienta el desarrollo de las cooperativas de producción, de consumo y otros tipos de cooperativa en el campo.
Ya sea en la historia oficial, que guarda una tendencia hispanista declarada, o en la actitud que se tiene frente a lo indígena en nuestros días de hoy, en donde los conceptos de “primitivismo” e ignorancias son epítetos no declarados, que se manejan implícitamente en el discurso cotidiano en torno a las culturas indígenas y campesinas.
En efecto, en un México pluricultural, pluriétnico y plurilingüístico, con un inmenso mosaico de culturas indígenas, campesinas, suburbanas e innumerables cinturones de miseria en torno a las grandes ciudades, han logrado sobrevivir elementos culturales que son y han sido la estructura social, moral e histórica de los herederos del llamado México profundo.
Pero el nacimiento y desarrollo de la industria y minería, junto con las facilidades de vida que ofrecen los grandes centros urbanos y la riqueza del Estado, ha producido el desplazamiento de masas campesinas hacia las ciudades y regiones industriales.
Que así va nuestra vida Caminando entre gustos y dolores, Como fuente silvestre que escondida, Por el sombrío bosque, va perdida Zarzas bañando y campesinas flores.
Yuntas de bueyes y rebaños de carneros pasan frente a sus ojos, vendedores con los pellejos de cabra repletos de aceite,
campesinas con pilastras de carbón amarradas por juncos a los sobacos, barberos que se dedican a sangrar.
Roberto Arlt
Se ataviaba con una chilaba gris, tan andrajosa, que hasta llegaba a inspirarles piedad a las miserables
campesinas del aduar de Mhas Has.
Roberto Arlt
Pero el teniente Herminio Benegas, una noche, contempló la verdosa muralla, almenada y triste, las
campesinas dormidas junto a sus montones de leña seca, y, naturalmente, maldiciendo su destino, enfundado en una chilaba para cubrir las apariencias fue y levantó el pesado aldabón de bronce que colgaba de la baja, sólida y claveteada puerta de la finca de Muza.
Roberto Arlt
Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con el apoyo de las Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos fundamentales de la persona.