¡ea!, te voy a poner lo mismito que nos cuesta: doce pesetas na más por los dos, y vete ya, hombre, vete pronto, no sea cosa que me arrepienta y te quite los pantalones.
-Pos a mí el compadre no me ha encargao más sino que le diga a usté que se cuide mucho y que se quite del relente y que tenga usté güen corazón y guena sangre pa con los que gimen y lloran, conmigo, pongo por caso, ¡que me estoy muriendo a chorros por su presonita gitana!
Un hombre entre estos muros apresado, que mal puede emprender de aquí la huida, ¿se irá sin que siquier lo hayáis tocado, después que os quite al último la vida?» Carlos decía así, de ira abrasado, sufriendo mal la afrenta acontecida.
Era muy picarón, si supieran… Pero se creía mago y me dejó encantada, sonriendo para siempre, sin la esperanza de que venga un príncipe y me quite la dichosa sonrisita, que con la cuenta de la luz que gastan en mí, para que me vea lisa y no se le noten las arrugas a esta Mona, - a la tela de mi pintura, me refiero- se me ha hecho eterna como el título de su revista.
Que cese la carga de la Unión de Armas que se cargó a las Alcabalas, pues, pagando esta Ciudad por Cabezón siete mil pesos cada un año, se le acrecentaron otros siete mil por la dicha unión, y se recibió por tiempo de siete años. Que se sirva Su Majestad que, cumplidos se le quite la dicha carga.
Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una mujer prefiera a alguien más resuelto, me desplazaste de oficios suicidas. Tú siempre has venido al quite.
(Entusiasmado) Dejaré que siga su camino y que haga lo que bien pueda. (Haciendo cara de inocencia) Yo no soy quién para destruirla. Aquél que nos dio la vida que se la
quite. Yo no...
Antonio Domínguez Hidalgo
Ítem, se ordena y manda que ninguna persona salga a los caminos a comprar la harina u otros bastimentos que vienen de fuera para el proveimiento de la Ciudad, porque con esto los encarecen y recrece (el) daño a la República, sino que libremente los dejen entrar a la dicha Ciudad para que se repartan por el Diputado entre las personas que de ello tuvieren necesidad, so pena de cincuenta pesos repartidos según dicho es por tercias partes, (para la) Cámara de Su Majestad, Denunciador y Obras Públicas, y que se les quite los que así compraren y se le tome por el tanto, y se reparta por el dicho Diputado según dicho es.
Si yo empleé mal mi deseo, al menos fue en perjuicio propio, y no en perjuicio ajeno; pero en el pecado llevas la penitencia, pues nada deseo, ni nada desearé sino que se me quite la morcilla de las narices.
Una filosofía que por la forma de su enseñanza breve y corta, no la
quite un tiempo que pudiera emplear con provecho en estudios de una aplicación productiva y útil, y que por su fondo sirve sólo para iniciarla en el espíritu y tendencia que preside al desarrollo de las instituciones y gobiernos del siglo en que vivimos, y sobre todo del continente que habitamos.
Juan Bautista Alberdi
Empero Hazán Bajá, que estaba de parecer de no dejarla, aunque aventurase en ello la vida, dijo:-Yo asimismo doy por ella las cuatro mil doblas que el judío pide, y no las diera ni me pusiera a ser contrario de lo que Alí ha dicho si no me forzara lo que él mismo dirá que es razón que me obligue y fuerce, y es que esta gentil esclava no pertenece para ninguno de nosotros, sino para el Gran Señor solamente; y así, digo que en su nombre la compro: veamos ahora quién será el atrevido que me la
quite.
Miguel de Cervantes Saavedra
-Por mirar lo que no le importa -agrega zumbonamente un tercer jugador, señalando con un guiño del ojo derecho el desabrochado corpiño de la graciosa y fresca hospedera. -Pues hoy no pasó por aquí nada que le distraiga -replica la buena moza, pronta al quite.