paseante

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paseante

1. adj./ s. m. y f. Que pasea a estas horas, la rambla está llena de paseantes.
2. Que está ocioso. desocupado
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

paseante

 
adj.-com. Que pasea o se pasea.
paseante en corte fig. y fam.El que vaga y holgazanea.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

paseante

(pa'seante)
sustantivo
persona que pasea Los paseantes disfrutaban del parque.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Traducciones

paseante

stroller, walker

paseante

girellone

paseante

Walker

paseante

Walker

paseante

Walker

paseante

Walker

paseante

Walker

paseante

沃克

paseante

沃克

paseante

Walker

paseante

ווקר

paseante

Walker

paseante

SMF
1. (gen) → walker, stroller; (= transeúnte) → passer-by (tb paseante en corte) (pey) → loafer, idler
2. (anticuado) (= pretendiente) → suitor
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Abrió el paraguas por fin y se quedó un momento suspenso y pensando: «y ahora, ¿hacia dónde voy?, ¿tiro a la derecha o a la izquierda?» Porque Augusto no era un caminante, sino un paseante de la vida.
Susurros sordos y un rumor indefinido revoloteaban en el silencio. Nuestro paseante los atribuyó al principio a algún parpadeo de sus ojos, a algún zumbido de sus oídos.
Un acto mío de crueldad con una niña provocó la intervención de un paseante, que he reconocido el otro día en la persona de tu primo Enfield; se unieron a él el médico y los familiares de la pequeña, y hubo momentos en los que temí por mi vida; por fin, para aplacar su justa ira, Hyde les llevó hasta la puerta del laboratorio y pagó con un cheque firmado por Jekyll.
Una tarde salió, como otras muchas, a dar su paseíto higiénico, y paseíto fue, que iban transcurridos largos años sin que el paseante hubiese vuelto a su domicilio.
Octavien sintió que se apartaban de él los brazos que le estrechaban; los ropajes que la cubrían se replegaron sobre sí mismos, como si los contornos que ceñían se hubieran hundido, y el desdichado paseante nocturno ya no vio a su lado, en el lecho del festín, sino un montón de ceniza mezclada con diversos huesos calcinados, entre los que brillaban brazaletes, joyas de oro, y otros restos informes, tal como los debieron descubrir al desescombrar la casa de Arrio Diomedes.
El paseante nocturno no encontraba una silla en toda la ciudad; pero á pesar de esto, la muchedumbre seguía en los bulevares hasta la madrugada, esperando sin saber qué, yendo de un extremo á otro en busca de noticias, disputándose los bancos, que en tiempo ordinario están vacíos.
Antes de alcanzada la decimotercera puerta desmonté e hice lo que quedaba de camino a pie, más bien despacio, como un paseante cualquiera.
Sólo para él está todo vacante; y si ciertos lugares parecen cerrársele, será que a sus ojos no valen la pena de una visita. El paseante solitario y pensativo saca una embriaguez singular de esta universal comunión.
«A la vista del cementerio, Bebidas.» ¡Muestra singular -díjose nuestro paseante-, pero buena para excitar la sed! De fijo que el dueño de esta taberna sabe apreciar a Horacio y a los poetas discípulos de Epicuro Quizá hasta conoce el profundo refinamiento de los antiguos egipcios, para quien no había buen festín sin esqueleto o sin un emblema cualquiera de la brevedad de la vida.» Y entró, se bebió un vaso de cerveza frente a las sepulturas y se fumó lentamente un cigarro.
Por ellas cuántas veces he andado a esa hora paseante ingenuo y un poco desprendido de sí mismo para sorprender el alma británica en sus sencillas manifestaciones exteriores y me he detenido cuando por la ventana de guillotina de algún balcón entreabierto adivino...
¡Entregar a manos ajenas el cuidado y conservación de lo suyo! ¡Buena locura!... ¡No ver sus tierras sino a ratos y como un paseante más! ¡Como si aquello fuera posible!...
Dirigiendo luego la atención al otro paseante, la muchacha se sorprendió al reconocer a un tal señor Hyde, que había visto una vez en casa de su amo y no le había gustado nada.