“Hay linajes en el mundo, hay regiones, en las que no se ve el rostro de los hombres; no tienen casas, sino que recorren, como locos, las montañas pequeñas, las montañas grandes”, decíase entonces, ultrajando a los hombres de aquellos países. Así dijeron ellos allá lejos, cuando vieron levantarse el sol.
Era una comedia muy bonita, y nada triste; pero he aquí que al
levantarse la reina y avanzar por la escena, sabe Dios lo que creerla el mastín, pero lo cierto es que se soltó de su amo el carnicero, se plantó de un salto en el teatro y, cogiendo a la reina por el tronco, ¡crac!, la despedazó en un momento.
Hans Christian Andersen
Y volvía a
levantarse, bajaba la escalera de mano -pues otra no había- y, llegado al brasero y comprobado que no se veía ninguna chispa, regresaba arriba.
Hans Christian Andersen
Los días eran grises y oscuros, y en la casucha, cuyas ventanas, no tenían cristales, sino una placa poco translúcida, la penumbra alternaba con la negra noche. El viejo Antón llevaba dos días en la cama; no se sentía con fuerzas para
levantarse.
Hans Christian Andersen
¿No habéis experimentado, señores, en vuestros paseos solitarios –en aquellas horas, en que el alma, acordándose de su destino, quisiera levantarse de la tierra, y respirar aires de mejor mundo–; no habéis experimentado la necesidad de un libro escrito en el idioma que habláis desde la cuna?
Sin la preocupación cotidiana de
levantarse temprano, sobre todo en el invierno, con la frialdad de sus bofetadas, con el estruendo de su helada piel.
Antonio Domínguez Hidalgo
Dirigiéndose al mismo tiempo hacia un sirviente: —Esclavo, dijo, llama a Carmides, y dile que quiero que consulte con un médico sobre la indisposición de que me habló estos días. Y dirigiéndose a mí: —Hace algún tiempo, dijo, que tiene la cabeza pesada al levantarse de la cama.
No el tuyo, leve, a malos adulterios dado, tu hombre, oprobios indecentes persiguiendo, de tus tiernos pechos 100 querrá levantarse, sino como la flexible vid los contiguos árboles estrecha, se estrechará en tu abrazo.
62 Jóvenes Véspero viene, jóvenes, levantaos: Véspero al Olimpo, esperadas largo tiempo, apenas al fin sus luces está elevando. De levantarse ya el tiempo, ya pingües de dejar las mesas, ya llegará la virgen, ya se dirá el Himeneo.
- ¡Hora!... ¿de qué? -murmuraron los franceses, procurando
levantarse. Pero estaban tan "ebrios", que no podían moverse de sus sillas.
Pedro Antonio de Alarcón
Pues tras la culebra anduve, y aun pienso se ha de ir para ti a la cama, que son muy frías y buscan calor.” “Plega a Dios que no me muerda -decía yo-, que harto miedo le tengo.” De esta manera andaba tan elevado y levantado del sueño, que, mi fe, la culebra (o culebro, por mejor decir) no osaba roer de noche ni levantarse al arca; mas de día, mientras estaba en la iglesia o por el lugar, hacia mis saltos: los cuales daños viendo él y el poco remedio que les podía poner, andaba de noche, como digo, hecho trasgo.
¡Ayúdeme usted mismo!... Y al punto de agacharme veo
levantarse la tapa de los areneros y a una bandada de ratas volcarse en el hogar.
Horacio Quiroga