Para Critón aquella recomendación era sagrada: no quería analizar, no quería examinar si era más verosímil que Sócrates sólo hubiera querido decir un chiste, algo
irónico tal vez, o si se trataba de la última voluntad del maestro, de su último deseo.
Leopoldo Alas
-exclamó con acento irónico al ver los ojos de Antonio clavados con amante y celosa expresión en Rosario, que, a su vez, clavaba los suyos resplandecientes en los de Paco el de Mairena.
«Felicidad», decía el segundo con acento
irónico, para el que sabía oírle; «miseria», decía el primero con acento de verdad y de desesperación.
Mariano José de Larra
El viejo dio un paso atrás y repúsole con menos irónico acento: -Perdona, hombre, que no es pa tanto; yo no creía que te doliera tanto la cosa; si yo lo hubiera sabío no meto yo el percal anoche en cá de la Trini como lo metí, pa arreglar ese mal negocio.
Cardó pone en duda que Cicerón dijera esto pues, quizá en sentido irónico, ya que lo que decía era que no quería perder su tiempo leyendo a los líricos) en la misma cuenta ponía a los dialécticos; la ignorancia de los cuales es más árida.
¡Sí, se lo empeño! —¡Está usted loca! ¡Ya no estorbe! —
irónico. —¡Quiten a esa borracha...! —ulularon enfurecidos los de la formación...
Antonio Domínguez Hidalgo
Bonavita y que yo leí cuidadosamente hace muchos años, cuando dicho precioso documento estaba en poder de la finada Doña Pilar de Herrera y de Arteaga-confirma en parte y en parte rectifica el “SUELTO”- sarcásticamente irónico- del Dr.
El clásico filme de Stanley Kubrick, Naranja mecánica, basada en la no menos famosa novela del mismo nombre, nos da el ejemplo irónico de que a pesar del coraje eskinnereano, la libertad y la dignidad del ser humano trascienden la maquinaria zoológica y siempre, más acá de los condicionamientos y acondicionamientos, se encuentra el homo sapiens sapiens, el hombre que se distingue por no ser una simple entidad biológica, sino un fenómeno sociocultural, transformador, creativo; imposible de reducir a una fórmula, a un registro, a un dato.
Y con tal expresión de extrañeza hubo de decir esto el Curruquero, que hízole exclamar a la anciana con acento irónico: -¡Pus por mo de quién pensaba usté que había sío!
Entonces, don Juan, que sintió llegar la muerte, añadió con voz terrible: – Coge bien el frasco –y expiró dulcemente en los brazos de su hijo, cuyas abundantes lágrimas bañaron su rostro irónico y pálido.
Mas como al mismo tiempo le caerían unas cuantas pesetas por noche, y él las necesitaba como las flores el riego, a las dos horas, entre resignado,
irónico y humorista, se avino a ladrar todo cuanto fuese preciso.
Emilia Pardo Bazán
Cada uno de ellos suponía sinceramente que sus propias manidas y sosas travesuras eran fazañas inauditas; y cada uno se reía de los demás con
irónico y solapado gesto.
Emilia Pardo Bazán