saca

Después saca de allí la infame hueste hasta un serbal que presta sombra amena; corta las ramas que se encuentra en éste, y, atándolos, los da al cuervo de cena.

Vamos a ver, ¿me vas a pagar daños y perjuicios si yo te arreglo este mal negocio? -Er corazón, si me saca usté con bien de esta mala encrucijaíta.

Doña Flor se peina con fleco para tocar la flauta Cuando Doña Flor florece, flota un perfume florista, y saca su flauta inflamada de amor.

¿Pues acaso no le gusto yo a usted? -¿De dónde saca usted semejante probabilidad, caballero don Jorge? -repuso Angustias implacablemente.

Después de algunas gestiones sobre negocios, de prisa, como es su costumbre, saca una carta algo parecida a la otra, la abre, pretende leerla, y después la coloca en estrecha yuxtaposición con la que codiciaba.

-Te regalaste demasiado -replicó el duendecillo-. Vete al plato y saca el vientre de penas. Pero ten cuidado de secarte los bigotes, no se te vaya a quedar nata pegada en ellos.

Es príncipe bienquisto de la naturaleza, porque siempre está enriqueciéndola y renovándola de los elementos vasallos suyos: si algo saca, es para volvérselo mejorado y con logro.

—murmura sofocado— La muerte antes que el desengaño, antes que causarle asco y desprecio, antes que continuar con esta terrible desesperanza... Después de una búsqueda desordenada, el individuo saca una pequeña arma de fuego.

Y, luego, propuso el dicho Procurador Genera, que por cuanto la fiesta de Santiago estaba breve, y ser el día que se saca el Estandarte Real, y no había al presente Alférez Real, dieron sus votos para que se nombre, y habiendo conferido, unánimes y conformes, nombraron al Capitán Diego Navarrete para Alférez Real, y quedó nombrado para la presente ocasión.

Y que en el Puerto del Callao no se lleve el dos por ciento que está introducido, desde que fue Virrey el Señor Conde de Chinchón, del dinero que se saca para esta Provincia, de los paños que se llevan a aquella, por el daño que de esto se recrece, cesando el comercio y faltando el dinero por la dicha imposición.

Yo, que vi que la pana no le gustaba, le digo: -Esa es una parienta de la que yo digo; porque es que yo quiero enseñarte toa la familia. -Pos saca otro pariente más cercano, porque lo que es éste no me gusta.

¿De dónde saca usted que yo aceptaría su mano; que yo no prefiero vivir sola, aunque para ello tenga que trabajar día y noche, como trabajan otras muchas huérfanas?