Ejemplos ?
Lo mismo ocurre con la otra mitad de los números, como dos, cuatro, que aunque no sean lo que es lo par, cada uno de ellos es, sin embargo, siempre par.
Cada uno de nosotros no es por tanto más que una mitad de hombre que ha sido separado de un todo de la misma manera que se parte en dos un lenguado.
Las dos terceras partes de los productos de registro, revalidación y concesión de mercedes de aguas. La mitad de las herencias vacantes.
¡Ah! ¡Mas me hubiera valido que me dejase morir en la mitad de la calle!... ¡Es muy triste aborrecer, o no poder tratar como Dios manda, a la persona que nos ha salvado la vida, exponiendo la suya!
¡Nada!... ¡Está visto! -exclamó por último, parándose en mitad de la habitación-. ¡La cosa no tiene remedio! ¡Ando perfectísimamente!
Cuando yo cumpla medio siglo, y sea ya otro hombre, enfermo, viejo y acostumbrado a la idea de la esclavitud, nos casaremos sin que nadie se entere, y nos iremos fuera de Madrid, al campo, donde no haya público, donde nadie pueda burlarse del antiguo Capitán Veneno... Pero, entretanto, acepte usted, con la mayor reserva, sin que lo sepa alma viviente, la mitad de mis recursos...
-Se ha dicho, siguió diciendo Diotime, que buscar la mitad de sí mismo es amar, pero yo pretendo que amar no es buscar la mitad ni el todo de sí mismo cuando ni esta mitad ni este todo son buenos; y la prueba, amigo mío, es que consentimos en dejarnos cortar el brazo o la pierna, aunque nos pertenecen, si juzgamos que estos miembros están atacados de un mal incurable.
La ley establecerá que al Poder Ejecutivo corresponderá, la designación del Presidente o Presidenta del Banco Central de Venezuela y, al menos, de la mitad de sus Directores o Directoras; y establecerá los términos de participación del poder legislativo nacional en la designación y ratificación de estas autoridades.
Pero entiéndase que todo ello es partiendo de la base, ¡oh querido pariente!, de que tu generoso corazón y el ilustre nombre que llevas sabrán hacerte prescindir de ciertos resabios de colegio, cuartel y casino, y ahorrar descontentos y sinsabores a la respetable dama y a la digna señorita que, eficazmente secundada por su activa y robusta doméstica, te libraron de morir en mitad de la calle...
Cuando una de estas mitades perecía, la que la sobrevivía buscaba otra a la que de nuevo se unía, fuera ésta la mitad de una mujer entera, lo que hoy llamamos una mujer, o un hombre, y así iba extinguiéndose la raza.
Este la atajó en mitad de su camino gracias a la más larga de sus muletas que extendió horizontalmente hasta la pared, como un gladiador que se va a fondo, y entonces exclamó con humildad inusitada: -¡No se marche usted, por la memoria de aquella que nos ve desde el cielo!
Artículo 66- Cada Cámara hará su reglamento y podrá con dos tercios de votos, corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación, y hasta excluirle de su seno; pero basta la mayoría de uno sobre la mitad de los presentes para decidir en las renuncias que voluntariamente hicieren de sus cargos.