federalista


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federalista

1. adj. POLÍTICA Del federalismo.
2. adj./ s. m. y f. POLÍTICA Que es partidario de este sistema.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

federalista

 
adj.-com. Partidario del federalismo.
Federativo.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos

federalista

adjetivo
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

federalista

federalistico

federalista

fédéraliste

federalista

federalistische

federalista

føderalistiske

federalista

federalistiska

federalista

ADJ, SMFfederalist
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Los brasileros instigaron este acto separatista, aprovechando precisamente, la reciente guerra civil federalista, que dividió a la Nación boliviana.
A Lavalleja correspondía lógica, política y militarmente el cargo que traía Rodríguez, y así lo reconoció a su tiempo la nobleza federalista personificada en Dorrego.
En el período de la asamblea es federalista, o mejor dicho autonomista como representante auténtico de una provincia alejada de Buenos Aires.
Yo estoy absolutamente convencido de que éste es el camino y no únicamente de palabra. Yo no soy un federalista de palabra, soy un federalista de hechos.
Mendoza, que documentó notablemente sus aspiraciones en el mismo año diez, Córdoba, Catamarca, Jujuy, San Luis, y también ya en aquella época la implantación del sistema de gobierno federalista a la manera estadounidense (y repitiendo su mismo proceso evolutivo: 1º pacto de Confederación; 2º Constitución Federal) era el ideal político supremo de muchos porteños, de los orientales hasta el Paraná, de los paraguayos aún no subyugados por la voluntad imperiosa de Francia, de los santafesinos, de los tucumanos y de los altoperuanos de Potosí y La Plata.
RELACIONES E INTERCAMBIO DE PRODUCTOS Como ya hemos dicho, nuestra organización es de tipo federalista y asegura la libertad del individuo dentro de la agrupación y de la Comuna, la de las Comunas dentro de las Federaciones, y la de éstas en las Confederaciones.
En él se aborda todo el conjunto de la máquina sindical, sin omitir un solo engranaje de la misma, y de la misma forma que proponemos la adopción del Sindicato de Industria y de la Federación Nacional de mismo tipo, estructurados periféricamente y adaptados a un perfecto sistema federalista, sometemos todos los organismos superiores de orden general, como son las Federaciones Locales, Comarcales, las Confederaciones Regionales y Nacional, a un cambio de estructura interna y externa y alteramos en todo ello el orden de sus funciones y actividades.
Las correspondientes a niveles más elevados (nacional o ibérico) seguirán la misma modalidad, refiriéndose, como ya hemos apuntado a todas las cuestiones, de diversa importancia y transcendencia relativa al conjunto de la sociedad. Finalmente, del mismo modo federalista la voz de la C.I.C.A.L.
En él no sufre el menor quebranto la persona augusta de cada una de las partes que constituyen el todo de la compleja máquina sindical, pero se disponen las cosas de modo que todas las partes se correspondan, mediante un sistema de mutua independencia, que en el fondo lo es de autodisciplina. El sentimiento federalista, que tanto arraigo tiene en nuestras conciencias, impone la distinción de intereses.
El otro consiste en las probanzas de su común y unánime intención de propender sin mengua – desde luego – de la libertad adquirida a la “restauración nacional” (en el sentido de reintegración del virreinato ya disgregado) promovida y realizada de la única manera equitativa, lógica y políticamente posible; esto es: en un sistema de gobierno republicano, democrático, federalista.
Es inherente a nuestro régimen republicano y federalista que exista una adecuada relación de equilibrio entre los tres poderes, pero atenernos a esa cuestión constitucional básica, de modo alguno significa que yo esté renunciando a facultades importantes; posiblemente estaré renunciando a algunas prácticas que posiblemente tuvieron alguna justificación en el pasado, pero que ciertamente no tienen ninguna justificación en el México contemporáneo, y que además no van de acuerdo con mi manera de pensar, ni mi manera de actuar.
Y admitido este hecho, esencialmente federalista, cabe admitir que cada una de las partes constitutivas del todo federal, puede y debe afirmar su personalidad y poseer una plena autonomía en el orden de sus iniciativas y actividades sobre el plano de sus intereses técnico-profesionales.