Nada podía hacer para evitarlo. ¿Huir del corral? ¿
Esconderse? ¿Y adónde iba? Por todas partes le acompañaría como una sentencia de muerte su gordura, su fatal grasa fina, de ave de lujo.
Emilia Pardo Bazán
-Pos a ver -dijo Cayetano con voz vibrante como un toque de clarín dirigiéndose al grupo de contrabandistas- tos los de Gaucín y tos los de Igualeja a tomar con los machos la trocha de Atanares pa pillar en un vuelo la venta del Baticolo y a esconderse en el Carrascal, y los de Jimera y los de Arriate conmigo por si sá menester pararles los pies un rato a esos caballeros.
Por su parte, espiando a Principal Guacamayo al pie del árbol, los dos engendrados venían a esconderse en el follaje del árbol cuando Principal Guacamayo venía a comer el Byrsonia.
Cuando miró que la gentil había desaparecido en el interior de la casa, se introdujo silencioso y buscó un lugar para
esconderse.
Antonio Domínguez Hidalgo
Unos nenúfares marchitos se mantenían inmóviles entre los juncos. Al ruido de sus pasos en la hierba, unas ranas saltaban para esconderse.
Después los dos hicieron una profunda reverencia, y los empolvados rizos entrechocaron y se enredaron. A Alicia le dio tal ataque de risa que tuvo que correr a esconderse en el bosque por miedo a que la oyeran.
Pues de igual suerte que lo profundo necesita una superficie tras de que esconderse, necesita la superficie o sobrehaz, para serlo, de algo sobre que se extienda y que ella tape.
-Hay que acabar con la animalidad que domina a los humanos.- Había oído decir de labios de QUETZALCOATL. Y temeroso de ser alcanzado, se fue llorando con gran dolor a esconderse de la persecución solar que se había emprendido.
Regaba afrecho al pie del naranjo; ponía en el reguero una batea recostada sobre un palito; de éste amarraba una larga cabuya cuyo extremo cogía, yendo a
esconderse tras una mata de caña a esperar que bajara el "pinche" a comer...
Tomás Carrasquilla
Añadían que, como quien practica un reconocimiento, hacía reflejar la luz sobre el rostro del transeúnte, y luego volvía muy tranquilamente a
esconderse en el de profundis .
Ricardo Palma
Además, no ignoraba que, si acudía ante ellos con su descomunal presencia, probablemente se espantaría su pueblo elegido y, ante su fantástico vestuario y cuerpo colosal, huirían de él a esconderse en alguna de las siete cuevas que se miraban a lo lejos de aquella espléndida región.
También les agradaba correr y subir a las ramas de los árboles, cortar frutas o descubrir nidos; esconderse entre los matorrales o en las casonas abandonadas.