echada


También se encuentra en: Sinónimos.

echada

1. s. f. Acción y resultado de echar o echarse la echada de la piedra produjo varias ondas en la superficie del agua. echamiento, echazón
2. JUEGOS Espacio que ocupa el cuerpo de una persona tendida en el suelo, usado como medida en algunos juegos le dio cuatro echadas de ventaja.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

echada

 
f. Acción y efecto de echar o echarse.
Espacio que ocupa el cuerpo de un hombre tendido en el suelo.
(Amér.) Fanfarronada.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos

echada

nombre femenino
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

echada

flip, boast, pitch, shy

echada

gettito

echada

SF
1. (= acción) → throw, cast; [de moneda] → toss
2. (Méx) (= fanfarronada) → boast
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
En vez de lo cual, para ser desgarrada por las fieras dada seré, y por las aves como presa, y no seré sepultada, muerta, sobre mí echada tierra.
El verde esmeralda del paisaje, el humo de la ciudad, la azulosa cadena de las montañas, la diafanidad, pureza y perfume del ambiente parecían excitado; sus mejillas se coloreaban y con las manos cogidas a la espalda, la cabeza echada hacia atrás, aspiraba a pulmón lleno el aire aromoso y puro, que batía suavemente los abanicos de las palmas.
Y grave asunto le debe A estas horas ocupar Porque ha tiempo yace inmóvil Tendido en el espaldar De un ancho sillon de brazos, (58) La cabeza echada atras, Entrambas manos cruzadas Y en silencio pertinaz.
A partir de aquel día, la cortina de la puerta de cristal estuvo totalmente echada, por lo que no pudo ver a Olimpia, y los dos días siguientes tampoco la encontró en la habitación, si bien apenas se apartó de la ventana mirando a través de los prismáticos.
Pero Meriones la vio venir y evitó el golpe inclinándose hacia adelante: la ingente lanza se clavó en el suelo detrás de él y el regatón temblaba; pero pronto la impetuosa arma perdió su fuerza. Penetró, pues, la vibrante punta en la tierra, y la lanza fue echada en vano por el robusto brazo.
Un minuto más tarde no le quedaba espacio ni para seguir arrodillada, y tuvo que intentar acomodarse echada en el suelo, con un codo contra la puerta y el otro brazo alrededor del cuello.
Toda la Corte se puso a dar volteretas, como las vieran hacer al Rey el día anterior, mientras la princesa, echada en el sofá, permanecía callada.
Y, ya que hubo acabado la misa y echada la bendición, tomóla con un pañizuelo, bien envuelta la cruz en la mano derecha y en la otra la bula, y ansí se bajó hasta la postrera grada del altar, adonde hizo que besaba la cruz, e hizo señal que viniesen adorar la cruz.
Fue una suerte que no tardase más, pues la cuba había gastado casi todo el pico de la dueña, a fuerza de pregonar todo lo que encerraba en su interior, echada siempre de un lado; y se disponía justamente a volverse para empezar a contar por el lado opuesto, cuando entró el duende y le quitó el pico; pero en adelante toda la tienda, desde el cajón del dinero hasta la leña de abajo, formaron sus opiniones calcándolas sobre las de la cuba; todos la ponían tan alta y le otorgaban tal confianza, que cuando el tendero leía en el periódico de la tarde las noticias de arte y teatrales, ellos creían firmemente que procedían de la cuba.
Vivía del antiguo prestigio, contrayendo nuevas deudas con ciertos proveedores que fiaban en un restablecimiento de su fortuna al acordarse de otras crisis. «Su suerte estaba echada», según se decía el conde.
El gobernante de Buenos Aires decidió o accedió entonces a que sólo entrase bajo la campana de la nueva población, menos de una tercera parte del territorio de Uruguay, quedando así el resto (o su mayor extensión), librado a los vaivenes de la suerte ya echada, ajeno a policías y justicias, extraño a las beneficiosas influencias – leves, pero seguras – del ambiente ciudadano.
El, entonces, le dijo: Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija. 7.30. Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido. 7.31.