Ejemplos ?
FEDÓN.- Mis impresiones de aquel día me parecieron verdaderamente extrañas, porque lejos de sentirme lleno de compasión por la muerte de un amigo, le encontraba digno de envidia al ver su tranquilidad y escuchar sus discursos; la intrepidez que demostraba ante la muerte me persuadía de que no dejaba esta vida sin la ayuda de alguna divinidad que le llevaría a otra para ponerle en posesión de la mayor dicha que los hombres puedan disfrutar.
Estaba explicada de hecho por razones de necesidad de tener un gobierno digno de la confianza popular y era justificado de derecho porque cuando Fernando VII partió para Francia dejó constituido un Consejo de Regencia, Consejo que fue volteado enseguida por Murat, quedando el gobierno español acéfalo, lo que imponía la constitución de nuevos gobiernos.
-¿En qué? -Pienso en que tú eres el solo amante digno de mí y me parece que no te atreves a descubrirme tus sentimientos. De mí puedo asegurarte que me encontraría muy poco razonable si no buscara complacerte en esta ocasión, como en toda otra en la que pudieras quedarme obligado bien por mí mismo o bien por mis amigos.
Tal fue Sócrates entre las tropas. »Pero ved lo que todavía hizo y soportó este hombre animoso durante esta misma expedición: el rasgo es digno de ser referido.
Empero esto no fue tan digno de admiración como tomar el memorial, en que otro le dio noticia de la conjuración nombrando los conjurados, y diciéndole "que le leyese luego, que le importaba"; y cuidadoso César, para diferenciarle de los demás memoriales que llevaba en la mano, le puso entre los dedos, y entró en el Senado, sin leerle.
Sócrates: El que los atenienses han puesto muchas veces a la cabeza de sus tropas, aunque extranjero; ¿y a Fanostenes de Andros y Heráclides de Clazomenes que nuestra república ha elevado al grado de generales y a los primeros puestos a pesar de ser extranjeros, porque han dado pruebas de su mérito? ¿Y no escogerá para mandar sus ejércitos y no colmará de honores a Ion de Efeso, si le considera digno de ello?
Mira otro espectáculo digno de que Dios ponga con atención en él los ojos: mira una cosa digna de que Dios la vea: esto es el varón fuerte que está asido a brazos con la mala fortuna, y más cuando él mismo la desafió.
Bien reconoció Marco Bruto lo que tenía y lo que perdía, cuando, viéndola mortal, con estupor no pidió a los dioses le diesen vida, sino que fortunasen su intento de manera que le pudiesen juzgar digno de ser marido de Porcia.
¿Qué necedad más bestial que procurar persuadir al pueblo romano que Julio César era digno de muerte y indigno del imperio, habiendo visto que los más y mejores del mismo pueblo romano, favoreciéndole en las guerras civiles, le habían juzgado por benemérito de la corona y dignidad suprema?
Pero lo que hace a Sócrates digno de particular admiración es no tener semejantes ni entre los antiguos ni los contemporáneos: Podría comparársele, por ejemplo, con Brasidas o con tal otro, con Aquiles, Pericles, Néstor y Antenor, y hay otros personajes entre los cuales sería fácil establecer relaciones.
Tú que dices que la sabiduría es la ciencia de sí mismo, estás en el caso de responder al que te pregunte: Critias, la sabiduría, que es la ciencia de sí mismo, ¿qué bien nos procura que sea excelente y digno de su nombre?
¡Harto sé que les pareceré a ustedes muy malcriado; pero crean que no lo siento mucho! ¡Sentiría por el contrario que me estimasen ustedes digno de aprecio y que luego me acusasen de haberlas tenido en un error!