cortejo


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cortejo

(Del ital. corteggio.)
1. s. m. Acción de cortejar fue víctima de un tenaz cortejo.
2. Conjunto de personas que forman el acompañamiento o comitiva de una ceremonia el cortejo recorrió las amplias avenidas de la futurista ciudad. comitiva, séquito
3. Agasajo, regalo les ofreció una fruslería como cortejo.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

cortejo

 
m. Acción de cortejar.
Personas que forman el acompañamiento en una ceremonia.
Fineza, agasajo.
fam.Persona que tiene relaciones amorosas con otra.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

cortejo

(koɾ'texo)
sustantivo masculino
1. conjunto de personas que desfilan con otra más importante cortejo presidencial
2. seducción de una persona a otra para enamorarla cortejo amoroso
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

cortejo

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

cortejo

Zug

cortejo

求爱

cortejo

求愛

cortejo

frieri

cortejo

חיזור

cortejo

求愛

cortejo

SM
1. (= séquito) → entourage, retinue
2. (Rel) → procession
cortejo fúnebrefuneral cortège, funeral procession
cortejo nupcialwedding party
3. (= acción) → wooing, courting
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Y luego, ¿qué iba a venir, fatalmente? La guerra civil y la anarquía, y de cortejo, en último término, otra vez y acaso para siempre, la dominación extraña.
Yo, al verla con tocas de viuda, recordé a la dama del negro velo que había salido de la iglesia en el cortejo de Doña Margarita.
Retomó Isabeau su camino. Pero, a medida que iba avanzando, iba creciendo también el cortejo de varones admiradores que se iba encontrando por el camino.
Estábamos ya en Puygarrig y el cortejo iba a dirigirse hacia la alcaldía, cuando Alphonse dándose una palmada en la frente me dijo en voz baja: – ¡Vaya faena!
Quiero que la sabiduría, tal como antes la definimos, ejerza sobre nosotros un imperio absoluto; pues bien, ¿qué ventajas nos promete con todo su cortejo de ciencias?
Todos tienden ciertamente al gozo, pero ignoran donde se consigue el gozo grande y estable: uno lo busca en los convites y diversiones, el otro en la ambición y en un numeroso cortejo de clientes, el otro en la amiga, el otro en la vana ostentación de los estudios liberales y de las letras que no protegen de nada: todos estos están engañados embellecimientos breves y falaces, como la embriaguez, que paga con largo tiempo de tedio la loca alegría de una hora, como los aplausos y las aclamaciones del favor popular, con tan grandes angustias compradas y expiadas.
Quizá una de ellas, la paciencia, es más ostensible y brilla como mayor brillo, pero allí está también la fortaleza, de la que la paciencia y la resistencia y la resignación son ramas; allí está la prudencia, sin la cual no hay consejo posible, y que te determina a soportar lo más valientemente posible aquello que no puedes evitar; allí está la constancia que nada hace caer de su lugar, ni ninguna violencia no puede desfallecer de su propósito; allí está el indivisible cortejo de totas las virtudes Todo acto honesto es obra de una virtud, pero hecha bajo el consejo de todas; ahora, aquello que aprueban todas las virtudes es deseable, aunque parezca ser hecha por una sola.
Entré en la Iglesia cuando ya el sacerdote estaba en el altar. La luz vacilante de una lámpara caía sobre las gradas del presbiterio donde se agrupaba el cortejo.
Atrás, oscilante, avanzaba el cortejo de elefantes, superando con sus budas dorados, cargados en el lomo, la verde copa de las palmeras.
Sobre la frente del Mesías hubo un rebote de verdor y entre sus rizos tembló el oro amarillo de la sazón. De lo profundo del cortejo partió la flecha de una voz: —¡Milagro...!
Nuestros montañeses más osados no se atreverían a pasar por allí a la medianoche. ¡Ése es el lugar por el que en días y plazos que nadie conoce pasa el Cazador Mayor con su jauría y su cortejo infernal!
Y repitiendo su discurso a los cuatro puntos cardinales, el TEOPIXQUE-TLATOANI estremecía los oídos de los anahuacas qué salían de sus CALPULLIS, las casas colectivas, para ver el cortejo que poco a poco se alejaba del lago de Xochimilco y penetraba al de Chalco por donde debían continuar hasta llegar a AMAQUEMECAN.