Conocemos multitud de pasos: el cangrejo, el robinson, el patín, el reloj, el plátano bien parado, el sube y baja, la resbaladilla, el columpio...
«La Golondrina» se deslizaba entre jardines donde se percibían por una empalizada estatuas, una parra, unos tejos recortados y un columpio.
La mujer cae, por medio de un columpio, en un gabinete tapizado de negro y amueblado con un reclinatorio, un ataúd y algunas calaveras.
Sale el ama. ELENA ANDREEVNA coge su taza, que bebe sentada en el columpio.) ASTROV. -(A ELENA ANDREEVNA.) Venía a ver a su marido.
CAPÍTULO XIV Remontado a tremenda altura por la fiera violácea, vislumbré en tierra un desierto cubierto de buitres que parecían estar vigilando a alguien. La luna morada seguía pendiente y se balanceaba como si estuviera en el columpio de un circo.
Las plantas trepadoras subían encaramándose por los añosos troncos de los árboles; y las sombrías calles de álamos, cuyas copas se tocaban y se confundían entre sí, se habían cubierto de césped; los cardos silvestres y las ortigas brotaban en medio de los enarenados caminos, y en los trozos de fábrica, próxima a desplomarse, el jaramago, flotando al viento como el penacho de una cimera, y las campanillas blancas y azules, balanceándose como en un
columpio sobre sus largos y flexibles tallos, pregonaban la victoria de la destrucción y la ruina.
Gustavo Adolfo Bécquer
Primeramente, en la base, había un cuadrado de cartón azul que figuraba un templo con pórticos, columnatas y estatuillas de estuco todo alrededor, en hornacinas consteladas de estrellas de papel dorado; después, en el segundo piso, se erguía un torreón en bizcocho de Saboya, rodeado de pequeñas fortificaciones de angélica, almendras, uvas pasas, cuarterones de naranjas; y, finalmente, en la plataforma superior, que era una pradera verde donde había rocas con lagos de confituras y barcos de cáscaras de avellanas, se veía un Amorcillo balanceándose en un columpio de chocolate, cuyos dos postes terminaban en dos capullos naturales, a modo de bolas, en la punta.
¡qué graciosos! ¡cómo juegan! ¡se mecen por la cola, como el
columpio! ¡qué bien, qué bien saltan! ¡uno, dos, tres, cinco, ocho, dieciseis, cuarenta y nueve monos agarrados por la cola!
José Martí
Vosotras, musas del castalio coro, dadme favor, en tanto que con el genio que me distes canto la guerra, los amores y accidentes de dos gatos valientes; que, como otros están dados a perros, o por ajenos o por propios yerros, también hay hombres que se dan a gatos, por olvidos de príncipes ingratos, o porque los persigue la fortuna desde el
columpio de la tierna cuna Tú, don Lope, si acaso te deja divertir por el Parnaso el Holandés pirata, gato de nuestra plata, que infesta las marinas por donde con la armada peregrinas, suspende un rato aquel valiente acero con que al asalto llegas el primero, y escucha mi famosa Gatomaquia .
Lope de Vega
Un columpio, una esferita de espuma que revienta; ¡ésta es mi canción! - Acaso sea bonito eso que cuentas, pero lo dices de modo tan triste, y además no hablas de Carlitos.
En un principio, los novios no se mostraron muy entusiasmados, porque ni en la escuela, ni en las hogueras y juegos de la plaza, ni en las cabalgatas en palo de escoba allende El Sapero ni en el mataculín, ni en el
columpio se buscaban demasiado, y acaso el noviazgo se hubiera vuelto tablas, si el Maestro, primero, y luego los discípulos no hubieran contribuido a anudar estos dos corazones.
Tomás Carrasquilla
En la alameda, bajo un viejo tilo, esta dispuesta la mesa del té. Sillas, bancos y, sobre uno de ellos, una guitarra. A corta distancia de la mesa, un columpio. Son más de las dos de la tarde.