Se abrió
cautelosamente un postigo, dejando sólo espacio para que saliera el combatiente, y volvió a cerrarse con la precipitación del miedo.
Vicente Blasco Ibáñez
Pero como es facil prever, que por diferentes causas, y por varios lados se trabajará mucho, y se emplearán muchos artificios para debilitar en vuestros ánimos la convicción de esta verdad; como en vuestra fortaleza política este es el punto contra quien se dirigirán las baterias de vuestros enemigos interiores y exteriores con constancia, y actividad, aunque a las veces oculta y cautelosamente...
Y los dos lacayos, observó Alicia, llevaban el pelo empolvado y rizado. Le entró una gran curiosidad por saber lo que estaba pasando y salió cautelosamente del bosque para oír lo que decían.
La suerte quiso que mientras el ladrón acercaba
cautelosamente la hojarasca húmeda, cuatro o cinco abejas se posaran en su mano, sin picarlo.
Horacio Quiroga
Ella se ruborizó, miró hacia otro lado, y después, lenta y cautelosamente, observó en torno a sí, para comprobar si mi temerario gesto había sido notado, y a continuación se inclinó hacia el caballero que estaba junto ella.
Pues bien, durante dos noches (no consecutivas), en que me hallaba despierto, vi que, a eso de las once, la señora Wyatt salía cautelosamente del camarote de su esposo y entraba en el camarote sobrante, donde permanecía hasta la madrugada, hora en que Wyatt iba a buscarla y la hacía entrar nuevamente en su cabina.
Pero junto con esta noticia, siempre igual, llegaban en los buques otras novedades que se desembarcaban
cautelosamente, como horrible contrabando: libros ocultos en barriles, periódicos que servían de inocente forro a obras de devoción, folletos disimulados entre mercancías, y una bocanada de aire europeo esparcíase por las ciudades coloniales, soñolientas a la sombra de sus innumerables conventos.
Vicente Blasco Ibáñez
El pequeño tuerto me saludó lo mismo que su amo, y el primo Guillermo continuó: -A ti puedo confiarme -miró en derredor,
cautelosamente-.
Roberto Arlt
Más de un cuarto de hora permaneció en el mismo sitio y en la misma postura, hasta que la sacó de su ensimismamiento un bello joven que se aproximó cautelosamente a ella.
"Ansiosamente esperé la noche, y llegó la noche, y después la hora primera.
Cautelosamente me acerqué al portal, cuya puerta estaba entreabierta.
Roberto Arlt
Una noche, después de las doce, dos hombres escalaban
cautelosamente una tapia del convento, conduciendo un pesado bulto, y poco después ayudaban a descender a una mujer.
Ricardo Palma
Donde se comprueba que a la larga el toro fina en el matadero y el ladrón en la horca Al anochecer del 31 de julio del susodicho año de 1772, un soldado entró
cautelosamente en la casa del alcalde ordinario don D.
Ricardo Palma