cañonazo


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cañonazo

1. s. m. Disparo de cañón los artilleros lanzaron dos cañonazos como salve. descarga
2. Ruido, herida y daño producido por el disparo de un cañón los cañonazos destrozaron el almenar de la fortaleza.
3. DEPORTES Disparo potente a la portería, en el fútbol el delantero centro se hizo famoso por sus cañonazos. chupinazo
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

cañonazo

 
m. mil. Tiro del cañón de artillería.
Ruido y estrago que causa.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos

cañonazo

nombre masculino
(en fútbol y otros deportes) (col.) trallazo (col.) pepinazo (col.) disparo tiro lanzamiento chut (con el pie) chute (con el pie)
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

cañonazo

gunshot

cañonazo

cannonata

cañonazo

SM
1. (Mil) → cannon shot cañonazos (= fuego) → cannon fire sing
salva de 21 cañonazos21-gun salute
cañonazo de advertencia (Náut) → warning shot, shot across the bows
2. (Ftbl) → shot, volley, fierce shot
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
En la celeridad de tan indescribibles momentos, cubierta nuestra atmósfera con una red de proyectiles enemigos, y recorriendo nuestras balas la recta de las baterías españolas, nadie podrá asegurar cuantos tiros se cambiaron en aquellos breves minutos; esto era imposible; pero a mi modo de juzgar Señor Secretario, creó admisible la suposición de un cañonazo por segundo por espacio de quince a veinte minutos.
Las manos que se buscan con la efusión unánime de ser hormigas de la misma cueva; y al hombre que está solo, bajo un árbol, le dicen cosas de honda fortaleza: "¡Venid compadre, que las horas pasan; pero aprendamos a pasar con ellas!" Y el cañonazo en la Planicie, y el himno nacional desde la iglesia, y el amigo que viene a saludarnos: "feliz año, señores", y los criados que llegan a recibir en nuestros brazos el amor de la casa buena.
Colón sintió una brisa de aromas impregnada y un aleteo de aves en torno del bajel, después un cañonazo, al fin la voz de ¡tierra!… Cuando él la vió, empezaba ya el día a amanecer.
D.n José Artigas, para dar una cuenta exacta, de los motivos que hemos tenido Yo, el Sor Com.te D.n Juan Ant.o Lavalleja, en consorcio del Sor Ministro de Hac.da D.n Thomas Franc.o Guerra para proceder y aprehender a la Persona del Cap.n Inglés del Bergantín Luisa, pedimos a nombre de la patria, que cada uno de Ustedes, presten su firma en este que se les presenta, diciendo si es berdad o no lo que abajo se expone: 1º Se obserbaron u oyeron tirar un cañonazo con vala con dirección a la Baiya o Pueblo, de a bordo del Bergantín Inglés, q.e se halla fondeado en este Puerto, el día 6, Jueves a la tarde.
Mas no bien al crepúsculo indeciso, Tragó la luz de la amarilla luna, Cuando en cóncavo son tronó improviso Cañonazo de leva, ronco aviso De nave que invocaba a la fortuna.
No la dulcificó el viejo marinero cuando la sardinera volvió a encararse con él; antes bien, cargó de nubes el ya tempestuoso cariz de su entrecejo, y por toda respuesta a tantas preguntas y declamaciones, largó a su vecina, a quemarropa, con la voz de un cañonazo, esta sola palabra: -¡Bribona!
¡pero de qué modo!: cada estornudo era un cañonazo bajo los relucientes techos del café, acompañando a cada explosión una lluvia menuda que fue la delicia de los inmediatos parroquianos, durante las quince o veinte veces que las mucosas de don Silvestre le dijeron «agua va».
Por alguna parte había de salir, y el aire salió de súbito con tan tremenda sonoridad por muy distinto respiradero, que retumbó en la estancia como un cañonazo, aunque con acento tan claro, tan inimitable y tan propio, que con nada podía confundirse ni equivocarse.
Tan cierto es que el amor propio se sienta sobre todos los amores. En ese momento sonó a lo lejos la detonación de un cañonazo, repetido tres veces por el eco de los cerros.
Embarcose el fúnebre cortejo en quince lanchas, disparose de minuto en minuto un cañonazo, y el cadáver fue sepultado en la isla de San Lorenzo...
«¡Anda! ¡Anda!», me dice a cada instante nuestro guía, acompañando sus palabras con un cañonazo. ¡Con cuánta más razón que al famoso judío de la leyenda se me podría llamar a mí el pavo errante!
Cada esfuerzo arrancaba un unísono grito de ánimo, y cuando la monstruosa viga rodaba dando tumbos y se hundía con un cañonazo en el agua, todos los peones lanzaban su ¡a…ijú!