Ejemplos ?
-¿Y cuándo me ha arrastrao a mí el Calzones? -¿Pos y el seis que te metí y que tú me serviste con bastos? -¡Eso es mentira lo menos tres veces pares!
-¿Quiénes son los que se han metío en el merendero? -preguntó el señor Paco el Berrinche a Perico el As de bastos, mozo del establecimiento.
¿Te plantas? Buen punto es veintinueve. Ahora me toca á mí. Seis de bastos, cinco de oros y caballo de copas. Pido carta. Rey de espadas.
Los bastos implementos de la ciudadanía no podrían resistir el ataque de hojas forjadas y armadura protectora; irían a un matadero.
El escaparate (si con tanta pompa ha de calificarse la delantera de Bonaret) luce -en lugar de crujientes sedas y muebles terciopelos, cacharros artísticos o sombreros recargados de plumas- algunas sartas de cuentas verdes, cajitas de cartón llenas de abalorio, naipes bastos, tijeras enferrizadas, navajillas tomadas de orín, madejas de felpa y estambre para bordar...: todo atrasado de fecha medio siglo, cubierto de un tul gris por el polvo; en términos, que los ojos perspicaces y burlones de los ociosos marinedinos comprobaron diariamente los progresos del tapiz que tejía una gruesa araña, muy pacífica, en el ángulo izquierdo del escaparate.
Informar cómo caminé otras tres leguas el río arriba e asenté, e allí vinieron tercera vez mucha cantidad de indios que los pasados a me defender el paso, e que por allí, aunque daba encima los bastos a los caballos, pasé yo a ellos, porque era pedregal menudo, con cincuenta de caballo, e diles una muy buena mano.
"Para tomar prestada una frase que a menudo se usaba en su época, no deberíamos considerar que la vida merece la pena vivirse si tuviésemos que vernos rodeados por una población de hombres y mujeres ignorantes, groseros, bastos, completamente incultos, como eran las condiciones en las que se veían los pocos que tenían educación en su época.
A los diez y seis años después de haberse consultado a sí propio, y haber orado mucho, resolvió seguir la carrera eclesiástica, y se entregó con ardor al estudio de la Teología; no gastó desde entonces sino vestidos bastos y eligió en la casa paterna un lugar retirado, que constituyó en ermita, y en el que no quiso tolerar sino un jergón, una mesa, una silla, algunos libros y la imagen del Santo de su especial devoción.
Y si se dice, como se ha dicho, en efecto, que el ministro está menos en contacto con la masa de votantes que los funcionarios policiales, se sienta un error evidente, por cuanto toda la coacción empleada por un comisario, por ejemplo, no alcanzaría tan bastos efectos como la que se propusiera ejercer el Ministro del Interior, por intermedio de sus subordinados, en el caso de que usara ilegítimamente de los recursos de su posición oficial.
Acomoda con cuidado los bastos; desliza en ellos la cincha ancha de cuero crudo, la encimera con los estribos de suela y el lazo trenzado, que cae, adorno típico y original, en la grupa: las junta con los correones.
El caballo tan soberbiamente enjaezado, atado en el palenque, era como lunar entre la caterva de mancarrones mal ataviados, con cueritos haciendo las veces de sobrepuestos, bastos medio destripados, y caronas gastadas hasta faltarles el pedazo.
Durante algunos minutos permanecieron en silencio nuestros tres protagonistas contemplando la perspectiva, silencio que fue interrumpido por la llegada del As de bastos, el cual exclamó colocando sobre la mesa las botellas y la limpia cristalería.