Ejemplos ?
-Ten cuidado, mi querido Aristófanes, dijo Eryximacos; a punto de tomar la palabra estás ya bromeándote, y cuando podrías discursear en paz me obligas a vigilarte para ver si no dirás nada que excite la risa.
Pero cuando ya estaba a punto de dar a luz a Zeus, padre de dioses y hombres, entonces suplicó enseguida a sus padres, los de ella, Gea y el estrellado Urano, que le ayudaran a urdir un plan para tener ocultamente el parto de su hijo y vengar las Erinias de su padre y de los hijos que se tragó el poderoso Cronos de mente retorcida.
Cada Estado Parte tomará las medidas necesarias para que, cuando las personas a las que se refiere el párrafo 1 del presente artículo tengan razones para creer que se ha producido o está a punto de producirse una desaparición forzada, informen a sus superiores y, cuando sea necesario, a las autoridades u órganos de control o de revisión competentes.
El conde tomó la mano del joven y lo presentó: -No les es del todo desconocido nuestro joven amigo, don Jorge. La generala correspondió con una inclinación, la hija estuvo a punto de ofrecerle la mano, pero se retuvo.
Gritó esta última palabra con una violencia tan repentina, que Alicia estuvo a punto de dar un salto, pero en seguida se dio cuenta de que iba dirigida al bebé, y no a ella, de modo que recobró el valor y siguió hablando.
No sabía qué hacer; si entrar al mar o dejarme asir por las aberraciones aquellas, cada vez más cercanas. Casi me habían alcanzado y yo me encontraba a punto de caer nuevamente desfallecido.
Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción.
Cogió el abanico y un par de guantes, y, estaba a punto de salir de la habitación, cuando su mirada cayó en una botellita que estaba al lado del espejo del tocador.
Poco a poco y con un esfuerzo que ni yo me podía creer, me acerqué hasta el lugar donde estaba el matorral y sin ningún contratiempo, cuando me hallaba a punto de cortar uno de aquellos frutos, la piedra en la cual estaba parado, se aflojó y cayó; fulminantemente resbalé.
Aquéllos escucharon atentamente a su hija y la obedecieron; la pusieron ambos al corriente de cuanto estaba decretado que ocurriera respecto al rey Cronos y a su intrépido hijo, y la enviaron a Licto, a un rico pueblo de Creta, cuando ya estaba a punto de parir al más joven de sus hijos, el poderoso Zeus.
Allí delante se encuentran las resonantes mansiones del dios subterráneo, del poderoso Hades y la temible Perséfone; guarda su entrada un terrible perro, despiadado y que se vale de tretas malvadas: a los que entran les saluda alegremente con el rabo y ambas orejas al mismo tiempo, pero ya no les deja salir de nuevo, sino que, al acecho, se come al que coge a punto de franquear las puertas.
Trémulamente sacó todo el dinero que allí se encontraba y se dispuso a huir. Estaba a punto de hacerlo cuando miró el hermoso y juvenil cuerpo tirado a lo largo del recibidor.