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POR QUE LA NARRATIVA IMPORTA A LA PSICOLOGIA?

WHY DOES NARRATIVE MATTER TO PSYCHOLOGY?

Agradecimientos

Deseo agradecer a Laura Danon y Maria C. Cordoba por las correcciones y las oportunas sugerencias que me han hecho para la redaccion final de este trabajo.

1. La organizacion narrativa de la experiencia

Jerome Bruner es sin dudas uno de los autores mas influyentes y debatidos dentro de la psicologia cognitiva. Ya en los ochenta y a comienzo de los noventa, Bruner supo cuestionar las nociones clasicas de mente y cognicion (1987; 1991a; 1991b). Las primeras propuestas de la tradicion cognitiva se fundaban en una concepcion cibernetica del psiquismo. La mente era aqui concebida como un dispositivo computacional que procesaba informacion y requeria de la manipulacion de representaciones; esta era pensada como un sistema pasivo que nada mas respondia o bien a las demandas del entorno o bien a la activacion de modulos internos regulados por los estados motivacionales del organismo (Caracciolo, 2012).

En 1987 Bruner emplea la emblematica expresion, "la vida como narrativa" para referir a una modalidad de cognicion que podria ser mas o menos primaria y que se aleja de los modelos representacionales predominantes (2). El argumento de Bruner apunta al poder cognitivo de la autonarracion o relato autobiografico en tanto organizador de la experiencia. Para Bruner los relatos vendrian a constituir una especie de rueca, de matriz gracias a la cual configuramos la experiencia cotidiana como un entramado que posee significado y direccion. Surgen en un intento por ordenar lo impredecible, lo sorpresivo y lo caotico. Para ello insertamos los acontecimientos, sobre todo si son inesperados, dentro de una trama que permite comprender su evolucion, leyendolos ademas en funcion de su implicancia para personajes que actuan en base a motivos y razones. "Nuestras historias no solo cuentan, sino que imponen a lo que experimentamos una estructura", dira algunos anos mas tarde Bruner (2003: 125).

La identidad personal vendria a ser el fenomeno que mejor ilustra el modo en que los relatos nos ayudan a configurar nuestra experiencia del mundo y de nosotros. El yo, dira Bruner, es producto de un arte narrativo en el que se entremezcla lo que otros dicen y hacen con lo que nosotros pensamos y decimos con respecto a nosotros mismos. El desarrollo de la identidad personal dependeria de nuestras competencias para concebirnos y sentirnos como los protagonistas de una historia, la de nuestra vida. Como ocurre en cualquier relato, durante nuestra travesia nos es preciso sortear diferentes obstaculos; nos encontramos con aliados y oponentes; lo que hacemos y lo que nos sucede nos transforma y hace que nos desarrollemos como caracteres; mantenemos pese a ello ciertos rasgos o cualidades que nos dan un sentido de continuidad; finalmente el desenlace tiene consecuencias que pueden ser mas o menos felices. Estos relatos pueden, por lo tanto, adquirir un tono heroico, dramatico o picaresco; ello dependera de como unifiquemos los acontecimientos y, principalmente, de como nos posicionemos en terminos subjetivos y actanciales (Gergen, 1994; Ricoeur, 1978).

?Hasta donde es posible llevar la analogia de la vida como narrativa?, preguntan con suspicacia algunos autores. Hay quienes remarcan que ciertos elementos que contienen las narraciones autobiograficas no estan en la vida y viceversa. Zahavi (2007) dice, por ejemplo, que un contador de historias impondra tipicamente mas coherencia, integridad, completitud y cierre a los eventos de la vida que el que estos poseen mientras son simplemente vividos. Drummond (2004), por su parte, senala que las narraciones son selecciones y organizaciones reflexivas de una vida y que en este sentido la narracion captura (a posteriori) solo una parte de la experiencia de un individuo. Por ello, en virtud de su selectividad, las narraciones suponen mas unidad que la que la vida manifiesta en realidad.

Como senala Martinez Lucena (2010), estas y otras criticas no son capaces de refutar por completo las tesis narrativistas. De hecho, algunas de estas criticas han sido contempladas y contestadas por autores como Ricoeur (1978; 2003), Danto (1989) o White (1973) (3). Algo clave es entender que queremos decir cuando hablamos de experiencia y que cuando nos referimos a representar esa experiencia (Caracciolo, 2012). Quiza parte de los cuestionamientos que se le hacen a la tesis narrativista, obedezcan a que los fantasmas de una vieja idea de cognicion continuan dando vueltas en la actual psicologia. Si pensamos en los relatos como cosas que ocurren en la cabeza, por ejemplo, e invocamos para dar cuenta de ellos nociones como representacion, procesamiento de informacion o inputs y ouputs, entonces los relatos y la vida son dos cosas bien distintas. Pero si pensamos en los relatos como construcciones vividas, en donde cada elemento de la narracion despierta vivencias emotivas, simpatias y antipatias, recuerdos, expectativas, deseos e incluso suposiciones sobre que hariamos nosotros mismos en situaciones parecidas, entonces el relato se halla sumergido en la vida misma. Richard Menary nos recuerda que los seres humanos estamos incorporados a nuestras historias, que las mismas incluyen secuencias de experiencias y percepciones corporizadas (2008). En el transcurrir diario, la experiencia se ordena en funcion de lo que esperamos, lo que pretendemos evitar, lo que nos figuramos sucedera, de las consecuencias que creemos supondra para nosotros cada hecho, etc. Evocamos entonces algo muy parecido a una trama. No se trata de que primero vivamos nuestras experiencias y luego las narremos. Antes, las narramos mientras las vivimos. O mejor: las vivimos narrativamente (4). Por supuesto que al decir que la experiencia se ordena como un relato no estamos diciendo que toda experiencia sea un relato. Existen, claro, hechos no interpretados. Lo que no es tan claro es que haya experiencias dotadas de sentido que excluyan completamente el campo de lo narrado y por sobre todo, de lo narrable.

Al respecto cabe hacer un senalamiento. Resulta factible que la proliferacion de tecnologias asociadas con la escritura nos haya llevado a pensar en los relatos como textos escritos (5). Pero como hace notar Ong (2001) quiza resulte necesario y conveniente volver a atender a lo que fue la narracion oral de historias. Desde sus origenes, los relatos mas que textos fijos constituyen creaciones vivas, que pueden ser contadas y recontadas de infinitas formas. Una caracteristica de la tradicion oral es que cada relato es indisociable de quien lo narra asi como tambien de ciertos aspectos comunicativos que hacen al como, al donde, al cuando, al por que y al para quien se cuenta esa historia. En tales condiciones es dificil, por ejemplo, separar la situacion concreta que rodea a la presentacion oral de lo que seria el contenido de la historia; es imposible obviar ademas, la situacion de interaccion que tiene lugar entre el narrador y sus oyentes (con todo lo que ello implica). Por ejemplo, cuando escuchamos una historia, la experiencia del protagonista evoca experiencias similares en nosotros; a partir de tales vivencias y representaciones biograficas podemos hacer aportes y contribuir a enriquecer la narracion, etc. Esto no sucede en el caso de un texto escrito. Por todo ello el relato oral es todo lo contrario de algo estanco y rigido. Al decir que la experiencia humana se configura narrativamente tal vez haya que pensar en esta clase de texto vivo, en historias abiertas en las que el contenido de cada relato no puede jamas ser separado del momento y las condiciones en que ha sido narrado (Duero & Limon Arce, 2007).

2. La idea de mimesis

Desde hace mas de una decada, las propuestas narrativistas de Bruner se han revitalizado con trabajos como los de David Herman (2002; 2003; 2009) o Alan Palmer (2004; 2010). En sus trabajos pioneros, Bruner adopto la nocion de mimesis que Paul Ricoeur (1978) desarrollara hacia fines de los 70. Para Bruner, la habilidad para imitar supondria una forma de inteligencia que nos permite reproducir, en espejo, los comportamientos de nuestros congeneres. Pero dadas ciertas condiciones, nos permite tambien representar vividamente hechos pasados e imaginar hechos posibles aun no acontecidos. Algo que se preguntara Bruner es si los relatos podrian ser formas encubiertas de imitacion (Caracciolo, 2013). Debe entenderse que la nocion ricoeuriana de mimesis que inspira a Bruner no se agota en la idea de reduplicacion o copia de la realidad. Con ella Ricoeur y luego Bruner refieren a una forma de actividad creadora. Mediante la mimesis narrativa llevamos a cabo una actividad interpretativa gracias a la cual podemos realzar ciertos aspectos de la realidad por sobre otros, por ejemplo. Esto nos permitiria llamar la atencion sobre algunos fenomenos y relaciones que nos interesan particularmente en funcion de la ocasion. Por esto mismo es que esta forma de mimesis narrativa podria resultar, tambien, una modalidad efectiva para ensenar y aprender cuestiones importantes que interesan a los miembros de una comunidad, sin los costos que representa el aprendizaje directo por ensayo y error (Burkert, 2009).

Hay un segundo sentido en que la nocion de mimesis, de Ricoeur, puede ser entendida. Este autor sugiere que la vivencia del tiempo que tenemos los seres humanos es consecuencia de que ordenamos la realidad como un relato. En la teoria de Ricoeur la vivencia de la temporalidad humana, la forma de estructurar nuestra experiencia biografica e incluso el lenguaje intencional con que caracterizamos las acciones humanas, serian elementos intrinsecamente asociados; los mismos determinan los modos en que configuramos la realidad social. Seria nuestra condicion historica la que daria vida al discurso narrativo, dice Ricoeur (1978; 2004), pero seria a la vez el modo de estructurar narrativamente nuestras experiencias, lo que generaria nuestra vivencia de historicidad. Para el frances, los relatos expresan en su estructura una organizacion analoga al modo en que las personas organizan su experiencia del tiempo junto con otras nociones como las de causalidad y "acto intencional" (6)

3. Relato y comunidad

Burkert (2009) propone que cierto tipo de historias podrian resultar modos economicos de transmitir informacion, incluso de una a otra generacion, sobre ciertas necesidades y sobre determinadas formas mas o menos eficaces de resolver algunos problemas propios de nuestra especie. Una historia memorable es, dice, una estructura de sentido que organiza nuestras conductas. Burkert se pregunta si es posible que ciertos productos culturales como los mitos o los cuentos tradicionales esten regidos por alguna clase de economia biologica y cognitiva potenciadora de la adaptacion. Esto es: que respondan a una forma preprogramada de cognicion.

Basa su propuesta en los estudios que hiciera el folklorista Vladimir Propp (1971), de los cuentos tradicionales rusos. Tras un analisis riguroso y sistematico de una variedad de cuentos tradicionales de su pais, Propp (1971) constato que ciertos patrones de organizacion estructural se repetian en todos ellos. El metodo de Propp consistia en el fraccionamiento y la segmentacion de las historias tradicionales en una secuencia de acciones factible de ser enunciadas mediante predicados tales como: los padres parten hacia el bosque, prohiben a los hijos salir de casa, etc. A partir de su ordenamiento y clasificacion, Propp identifica 31 funciones o motifemas (esto es, una secuencia de acciones con sus respectivas consecuencias) que se repiten otorgando una estructura formal mas o menos identica en todas las historias tradicionales. Algunas de estas acciones u operaciones son: la prohibicion o el tabu y su transgresion, la fechoria, el engano, la partida, la prueba, etc. Mientras que estos motifemas se repiten, sino en su totalidad, al menos si en la secuenciacion en todas las historias tradicionales, los demas elementos de los cuentos pueden variar dotando a cada historia de aspectos idiosincraticos (motivos, argumento, etc.).

Basandose en el analisis de mitos y cuentos como la leyenda de Perseo, el mito de los Argonautas, la epopeya de Gilgamesh o el texto sumerio Ninurta y el Assaku, Burkert intentara demostrar que en todos ellos puede hallarse la arquitectura descripta por Propp. "El patron de Proppdice-opera como principio organizador desde los cuentos mas antiguos que se han registrado, pasando por la mitologia clasica y mucho mas alla. En realidad seria facil (y tedioso) seguir las organizaciones de Propp a traves de las novelas, el teatro y el cine modernos, la ciencia ficcion y los juegos de ordenador. Da la impresion de que lo que actua es una forma general y transcultural de organizar la experiencia" (2009: 117-118). El principio organizador del cuento, dira mas adelante, el alma del argumento, podria estar operando como un estructurador profundo de nuestra cognicion. Si las narrativas dependieran exclusivamente de la cultura, seria esperable que surgieran formas muy diferentes de organizacion y, por tanto, distintos patrones narrativos en funcion de cada civilizacion. Sin embargo, insiste Burkert, la secuencia posible de motifemas pareciera ser asombrosamente persistente. Toda busqueda, toda motivacion y toda accion, es un medio para resolver un problema que se expresa a traves del cuento (7).

4. Narrativa y cognicion social: comprender acciones y comprender mentes

Ciertas capacidades humanas que se ponen en juego durante la interaccion social en situaciones como el engano y la cooperacion, han llamado la atencion de los psicologos. Esta clase de competencias suponen la habilidad para dar sentido e interpretar las acciones propias y ajenas, atribuyendo a su agente estados psicologicos como deseos o creencias. Esto por ejemplo ocurre cuando predecimos un comportamiento desajustado, atribuyendo a un agente una creencia falsa (Forguson & Gopnik, 1988). Reconociendo esta clase de estados nos volvemos capaces de interpretar, comprender y predecir las conductas de nuestros congeneres. Segun Tomasello (1999), la competencia de la especie humana para leer "intenciones" y estados mentales en nuestros congeneres o para suponer que sus actos dependen de motivos y razones, seria uno de los factores que potencio nuestras habilidades para la interaccion; gracias a ella nos habriamos vuelto capaces de cooperar, de regular nuestras conductas ajustandolas a lo que se espera de nosotros, etc. Bruner (1991b; 2003), cree que esta psicologia de sentido comun se halla conectada con nuestras competencias para narrar historias; que la vida colectiva ha sido posible, al menos en parte, por la capacidad humana de organizar y comunicar la experiencia de forma narrativa. La posibilidad de construir relatos en los que intervienen personajes que proyectan sus acciones en el tiempo, que actuan en base a "intenciones" y que son capaces ademas de atender a normas morales colectivas, volveria a la narrativa una herramienta de enorme eficacia al momento de explicar, predecir y regular nuestras conductas.

Durante las ultimas decadas ha habido una gran discusion sobre que factores facilitan el reconocimiento de estados mentales en otras personas. Este debate fue en un comienzo acaparado por dos posiciones: la Teoria de la Teoria (TT) y la Teoria de la Simulacion (TS). Para la TT (por ej. Gopnik & Wellman 1992) la capacidad de atribuir estados mentales distintos de los propios a otras personas dependeria de nuestras habilidades para manipular conceptos mas o menos abstractos e inferir estados intencionales. Franz Brentano senalo que los estados mentales se caracterizan por gozar de una propiedad que les es privativa, la de ser sobre, apuntar a o versar acerca de aquello que conforma su contenido intencional (Brentano, 1874) (8). De acuerdo con la TT, reconocer estados mentales, requiere comprender tales propiedades intencionales (9) (Gopnik & Wellman 1992; Perner, 1991). La perspectiva de la TS sugeria en cambio que las competencias para identificar estados mentales en otras personas supondrian capacidades mas basicas; bastaria con que seamos capaces de ponernos en los zapatos de un tercero y de reproducir imaginativamente sus experiencias internas. Segun Goldman (2006), cuando asignamos estados mentales como creencias falsas a otros, nos ponemos en situacion, simulando y asignando a ese agente las experiencias y los procesos de toma de decisiones que nosotros mismos seguiriamos en circunstancias parecidas. No me detendre aqui a discutir las fortalezas y debilidades de ambas propuestas (quien quiera profundizar puede remitirse a la revision de Duero, 2011). Hare en cambio un breve repaso de otros desarrollos que se vinculan con el tema de este articulo.

En la ultima decada Hutto (2007, 2008) ha intentado ofrecer una teoria alternativa para explicar este conjunto de competencias. La misma se basa en una articulacion de las propuestas narrativistas con la propuesta original que hiciera Peter Hobson. Para Hobson (1993), nuestras capacidades mentalistas basicas se cimentan sobre competencias para reconocer en nuestros congeneres expresiones de estados subjetivos y disposiciones. Este autor dice que tales capacidades basicas suponen que podamos generar actitudes sobre actitudes. La capacidad para distinguir por ejemplo, entre un agente que simula y otro que cree algo erroneo requiere que seamos capaces de identificar antes que diferentes contenidos representacionales (cosa que propone la TT), diferentes actitudes hacia un mismo contenido. Asi, lo que posibilita trazar una diferencia entre ambos estados mentales seria el computo de la actitud psicologica que uno y otro agente expresan respecto de cierto aspecto de la realidad (Leslie, 1994). Para Hobson, la mente es en esencia algo intersubjetivo y el reconocimiento de estados subjetivos en otros dependeria de mecanismos primarios, biologicamente preconfigurados, que nos permiten: 1) identificar evaluaciones primarias como emociones asociadas con ciertos patrones expresivos; y 2) reaccionar sincronica y especularmente respecto de ellas. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en fenomenos como el contagio emocional, la referenciacion social o la atencion conjunta, fenomenos que han sido observados en ninos de muy corta edad. Gracias a estos mecanismos el nino puede reconocer, por ejemplo, la orientacion psicologica y los estados afectivos, atencionales o "intenciones" de una persona durante la interaccion cara a cara. (Gallagher, 2013).

Para Hutto el reconocimiento de estados mentales diferentes de los propios resulta clave para razonar, comprender y regular nuestras interacciones sociales. Hutto parte de una concepcion enactiva de esta forma de cognicion social. Se trataria de una modalidad primaria, corporizada y autoorganizada de cognicion (Di Paolo 2005; 2009). De acuerdo con Hutto, la presencia de ciertos mecanismos basicos nos permitirian generar una especie de respuesta en espejo, imitativa digamos, para asi sincronizar, mimeticamente, con los estados subjetivos de otra persona. Esto explicaria algunas habilidades como las que permiten a un nino pequeno reconocer un estado de ansiedad en la madre o dirigir la atencion siguiendo la direccion de la mirada del adulto. Las capacidades para identificar estados mentales mas complejos, como una creencia falsa o para predecir en base al mismo una conducta, en cambio, requeririan del entrenamiento y desarrollo de habilidades mas complejas.

Para Hutto, en la vida diaria recurrimos a cierto conocimiento practico, que nos permite predecir con relativa eficacia los comportamientos de las personas. Recurrimos a una psicologia de sentido comun explicita solo cuando nuestras expectativas han sido violadas. Lo que hacemos entonces es redescribir una accion a la luz de un conjunto de razones o en terminos intencionales para asi justificar la excepcion que presenciamos. Pero estos razonamientos no requieren de una teoria, dira Hutto; son mas bien formas directas de razonamiento, que conjugan un enfoque de segunda persona, como el descripto por Hobson, con destrezas practicas que nos ayudan a manipular actitudes proposicionales con contenido. Reconocer actitudes es al parecer de Hutto, suficiente para explicar ciertas formas de vinculacion interpersonal no linguistica. La asignacion de contenidos especificos para explicar creencias falsas, en cambio, seria un proceso posterior en el desarrollo, que dependeria de un entrenamiento practico asociado con el desarrollo de destrezas narrativas. Por medio de esta clase de practica linguistica, los adultos ensenarian al nino a construir historias para comprender progresivamente las acciones en terminos de motivos y razones.

Esta hipotesis es sumamente rica. Supone entender la narrativa como una herramienta practica efectiva para ordenar nuestras competencias mentalistas, asi como tambien para instruir a otros en el adecuado empleo de tales capacidades. Pero, por un lado, Hutto no parece prestar mayor atencion en sus analisis a las peculiaridades del discurso narrativo en si mismo. Su atencion esta puesta mas bien en la comprension del fenomeno de la intencionalidad mental. Y es que para Hutto nuestras habilidades narrativas serian antes que la causa, el producto o, en cualquier caso, una herramienta potenciadora de nuestras habilidades intencionales. Dicho de otro modo: de acuerdo con Hutto primero reconocemos estados mentales intencionales, primarios; luego aprendemos a contar historias y desarrollamos destrezas para comprender estados intencionales complejos, como son las creencias falsas, a fin de explicar comportamientos sociales. Los recursos narrativos cumplirian aqui, por lo tanto, una funcion fundamentalmente practica y derivada de la previa habilidad para mentalizar.

Lo que me interesa trabajar en lo que sigue, es una hipotesis diferente. Para ello quisiera retomar la propuesta original de Paul Ricoeur (1978) junto a los aportes de Arthur Danto (1989). Lo que me propongo es atender a las construcciones narrativas, antes que como un complemento de nuestras competencias para atribuir estados mentales, como un tipo de competencia primaria que hace posible ordenar y dar sentido a nuestras acciones en terminos de diacronia (10).

5. Eco y el Ornitorrinco

En su libro Kant y el Ornitorrinco, Umberto Eco (2013) nos propone un interesante ejercicio mental. Supongamos, dice, que he trabado contacto con una tribu primitiva y que tengo un conocimiento burdo de su lenguaje. Se como nombrar algunos objetos y ciertas acciones elementales empleando verbos en infinitivo y usando nombres propios en vez de pronombres para armar las oraciones, etc. Cierto dia- continua Eco- acompano a cazar a Og y Ug. Han herido a un oso que se ha refugiado en su guarida. Ug quiere perseguir al oso adentro de la cueva. Entonces yo recuerdo que hace un tiempo Ig hirio a un oso, lo siguio hasta el interior de la cueva y, alli, fue devorado por el oso. Deseo hacer mencion a aquel hecho, pero para ello debo poder decir que es un hecho pasado. Pero desconozco como emplear tiempos verbales u operadores doxaticos como "recuerdo que". Entonces digo: "Umberto ve oso". Mis companeros creen que acabo de ver otro oso. Los tranquilizo diciendo: "Oso no aqui". Mis colegas no comprenden. "Oso matar Ig", digo. No, responden ellos: "Ig muerto". Hago un gesto con el dedo senalando la cabeza (suponiendo que ellos piensan que alli esta la memoria). Y repito: "Ig", "Oso". Despues dibujo en el suelo dos imagenes, una de Ig y otra del oso. Y dibujo tambien varias lunas en sus distintas fases, para hacer comprender que me refiero a "hace algunas lunas". Si intento todo eso para sugerir que Ug esta ante una situacion semejante a la de Ig, es porque presupongo que mis interlocutores tienen alguna nocion sobre lo que es recordar, que parto del supuesto de que son capaces de comprender un enunciado sobre algo que sucedio antes y de conectarlo con algo que sucede ahora o sucedera despues. Presumo ademas que cuentan con ciertas competencias para componer determinadas secuencias de accion ordenadas en el tiempo. Comprenden asimismo que los entes se configuran no solo como siendo de tal modo, sino tambien como habiendo sido o pudiendo ser de otros distintos.

En este sentido, pareciera ser que nuestras nociones sobre las cosas incluyen secuencias respecto de su devenir. Pienso en los distintos objetos que pueblan el mundo no solo en base a caracteristicas como su forma o color sino, ademas, en tanto muestran disposiciones a comportarse de maneras especificas. Me figuro ademas que las cosas evolucionan segun ciertos patrones. "Un nino aprende pronto que las sillas no se cultivan sino que se construyen, y que una flor no se construye sino que se cultiva". Todo esto, concluye Umberto Eco: "hace particularmente convincente la idea de Bruner de que nosotros usamos esquemas narrativos para organizar nuestra experiencia" (1997: 176).

6. Tiempo y relato

Una caracteristica de los relatos es que permiten ligar entre si acontecimientos que estan separados en el tiempo reconstruyendo una secuencia como un todo organico y dinamico. En un comienzo, cuando atendemos a una historia, recibimos cada acontecimiento como sin verlo realmente o al menos sin verlo en su real complejidad. Recien cuando el desenlace y final de la historia se devela es que finalmente cada parte del relato adquiere otra luz y un nuevo significado, mucho mas profundo. En el nivel narrativo, los acontecimientos importan en tanto resultan significativos para la historia que se cuenta. Cuando terminamos de leer u oir una historia, dice Antoine Roquentin, el protagonista de La Nausea, es cuando "los instantes han cesado de apilarse a la buena de Dios unos sobre otros, el fin de la historia los atrae, los atrapa, y a la vez cada uno de ellos atrae al instante que lo precede" (Sartre, 2015: 38). Lo curioso es que ese final estaba ahi desde un comienzo ajustando las guias de la rueca narrativa. Los distintos antecedentes de una historia responden siempre a una logica y esa logica requiere un dialogo entre cada acontecimiento y un desenlace que ha sido ubicado en el futuro (11).

Al contar una historia los acontecimientos son importantes segun contribuyan o no a hacer mas inteligible algun aspecto de lo que se esta contando. La relevancia de cada acontecimiento dependera de lo que, teleologicamente hablando, llamamos el desenlace de la historia. Una consecuencia de ello es que podemos cambiar la descripcion que hacemos de los acontecimientos pasados en funcion de lo que sabemos del futuro. "Cuando contamos algo- dice Ricoeur- comprendemos el presente del acontecimiento que narramos en relacion con el pasado inmediato de la historia que es conservado por el acontecimiento que sucede en el presente, y en relacion con el desarrollo futuro de la trama, que es anticipado por el oyente. Esta triple estructura del presente es la condicion de posibilidad de la estructura de la trama, en la medida en que reune en si misma el recuerdo, las expectativas y la atencion (1978: 146; la italica es mia).

Inspirandose en Aristoteles, Ricoeur propondra que esta trama es mucho mas que el elemento estructural de cualquier relato; es el nucleo gravitatorio, dira, de nuestros esquemas cognitivos para representarnos las acciones (2004: 85). Ricoeur retoma en este punto la nocion de distentio animi de San Agustin. Nuestro espiritu se distiende hacia el pasado y el futuro y hace posible asi que experimentemos el tiempo. Pero a la distentio que disgrega nuestra experiencia fenomenologica en tres momentos temporales, pasado, presente y futuro, Ricoeur contrapone la intentio que le impone la trama de una historia, por muy breve que sea, y que permite unificar en un triple presente con sentido, acontecimientos que de lo contrario, funcionarian como una caotica diaspora (12).

El vinculo entre los hechos que componen un relato, dira luego Ricoeur, responde a una logica que da sentido a la cronologia. Es la configuracion de cada acontecimiento a partir de una direccion, asi como tambien el caracter de necesidad de los acontecimientos que se eligen para explicar un hecho particular (y que la trama hace contiguos, pese a hallarse dispersos), lo que otorga al conjunto de lo narrado el caracter de organicidad. Por ello hay un tiempo diferente del tiempo fisico, un tiempo que es propiamente narrativo, dira este autor. Y es tambien por ello que no se pregunta por lo que hizo el heroe entre dos acontecimientos que en la vida real estarian separados (Ricoeur: 2004: 93).

7. El relato y la oracion

En esencia, un relato supone antes que nada una descripcion de un estado de cosas en una secuenciacion temporal que implica un desarrollo, o sea, la descripcion de un proceso, alguna clase de cambio que lleva de un acontecimiento a otro, de un primer estado de cosas a otro diferente; el resultado establece siempre una consecuencia y una diferencia respecto del inicio. Por otra parte, todos esos elementos deben hallarse en contexto, es decir en un momento y un lugar precisos. Ademas, normalmente los relatos han involucrar personajes que actuen en base a motivos y razones y que se interesen por las consecuencias del conjunto de sucesos.

En linguistica, el analisis estructural parte de identificar un numero finito de unidades y un conjunto de relaciones internas entre esas unidades. A partir de las distintas interrelaciones entre tales unidades, seria posible explicar todas las variaciones, a nivel superficial, de las multiples producciones linguisticas. Diversos estudiosos de la lengua y el discurso proponen usar los metodos del estructuralismo para analizar las reglas de composicion de unidades discursivas mayores que la frase. Siguiendo estos procedimientos algunos narratologos han creido ver un grado significativo de homologia entre la organizacion de los relatos y cierto tipo de frases declarativas. Al parecer, algunas frases contienen sino todos, por lo menos algunos de los elementos principales de las historias. Tesniere (s/r, citado en Ricoeur, 1978) observo por ejemplo que en algunas oraciones, cuando un hablante une el sujeto de la accion a un verbo y a una serie de circunstancias lo que se obtiene es una especie de breve drama.

Ricoeur cree que a los relatos y a la morfologia oracional de las frases que describen actos humanos subyace una misma forma de estructuracion, que es temporal y diacronica. Va insistir en que los elementos diacronicos que hallamos en algunas frases son los mismos que caracterizan a las historias en general. Insistira por ello tambien en el caracter irreductible de la temporalidad del relato a cualquier caso de elemento acronico. En cualquier historia o microrelato, dice: "Todo el proceso dramatico puede interpretarse como un cambio profundo de una situacion inicial que puede describirse a grandes rasgos como la ruptura de un orden a causa de una situacion terminal que conlleva posteriormente al restablecimiento del mismo" (Ricoeur, 1978: 123).

Lo que Ricoeur sugiere es que este esquema podria consolidar una forma de arquitectura cognitiva elemental, necesaria especialmente para ordenar hechos que involucran agentes humanos. A nivel nuclear esta estructura pareceria implicar un ordenamiento temporal de acontecimientos sucedidos en diferentes momentos. El nudo o problema de un relato, al igual que la introduccion del verbo en algunas oraciones o frases, parecieran producir, simultaneamente, una disyuncion y una conjuncion. Una disyuncion pues separa dos momentos que se corresponden con dos estados de cosas; en el caso de la oracion o frase lo que es anterior al verbo, por un lado, y la virtual consecuencia de un acontecimiento o accion, por el otro. En el caso del relato, la situacion inicial junto con el desequilibrio que da inicio a la historia (la traicion, el rapto de la princesa, etc., en el caso ejemplar de los cuentos tradicionales) y el conjunto de acciones llevados a cabo por el heroe (la partida, el afrontamiento de pruebas, etc.) para restituir el estado de armonia original y aportar a un desenlace que puede suponer un logro o un fracaso.

Es a la vez una conjuncion pues gracias al verbo en el primer caso, y a las acciones del personaje en el segundo, se configura un todo organico, dando sitio a un desarrollo que va desde el primer al segundo momento. Hablando especificamente del relato, Ricoeur dira que la prueba: "puede considerarse el nucleo irreductible que da cuenta de la definicion del relato como diacronia" (1978: 124).

8. La frase narrativa minima

Ricoeur (2004) denominara frase narrativa minima, a una frase de accion que tiene la forma "X hace A en tales o cuales circunstancias". Una frase narrativa minima supone al menos la mayoria de los siguientes elementos: 1) se nos habla de alguien (o algo); 2) se nos dice que ese alguien (o algo) lleva a cabo una accion (o proceso), intenta hacerlo o ejecuta por lo menos un comportamiento concreto que tendra una consecuencia; 3 a) se nos dice que alguien consigue o no algo; 3 b) o que algo cumple adecuadamente su proposito (pudiendo haber fallado); 3 c) se nos dice que alguien (o algo, como un artefacto) fracasa durante su ejecucion; 4 a) tambien puede ser el caso que se nos diga que a alguien le hacen algo; 4 b) se nos dice que algo sufre ciertos efectos; 5) se supone (se lo haga explicito o no) que todo esto posee algun tipo de implicancia ya sea practica, emocional, cognitiva, etc., para alguien a quien los sucesos le importan.

Resumidamente, en lo que Ricoeur describe como frase narrativa minima es posible identificar muy esquematicamente: 1) una introduccion; 2) un nudo en donde se nos enuncia una accion y, tacitamente, un proposito, una funcion, etc. y, 3) un desenlace, efecto o consecuencia, ya sea explicito o implicito, real o virtual, efectivo o posible, que resulta mas o menos significativo en funcion de las expectativas, deseos, etc. ya sea para quienes participan en un intercambio conversacional o para el protagonista de una microhistoria.

Para Ricoeur esta modalidad basica de construccion oracional supondria a un mismo tiempo una estructuracion narrativa junto con lo que considera seria una teoria de la accion humana. Una "teoria" ingenua, de sentido comun, claro esta; pero que, sin embargo, configuraria nuestro modo de dar sentido al mundo de los actos humanos. En su propuesta nuestro autor comienza por redefinir la nocion de accion (Ricoeur, 1978). Para este filosofo, un comportamiento o un grupo de comportamientos es una accion solo si lee en terminos de una "intencion" o de un trasfondo de motivos y razones que la justifican. A la vez, una accion supone una ligazon entre un acto y su consecuencia. Para esto ultimo, requiere conjugar en una unidad elementos de una diacronia que, al modo de ver de este filosofo, serian similares a los que se ponen en juego en nuestras producciones narrativas. Dicho de otro modo: un comportamiento es accion si esta inmerso en una red conceptual que vincula el pasado con el futuro y que involucra agentes motivados que actuan en base a expectativas, motivos o "intenciones". Tenemos aqui elementos analogos a los que caracterizan a las historias.

9. Los verbos proyecto

Hay un punto que ha abordado el filosofo Arthur Danto (1989) que resulta clave para comprender los intervinculos entre los relatos y cierta teoria de la accion implicita como la que presupone Ricoeur. Todos los relatos y la mayor parte de nuestras comunicaciones cotidianas involucran, para hablar de acciones humanas, un tipo particular de proposiciones que no es preciso usar para describir comportamientos o hechos fisicos. Me refiero a lo que Danto llama verbos proyecto. Cuando empleamos esta clase de clausulas describimos una conducta o una serie de conductas mas o menos actuales, en funcion de un acontecimiento final, que pertenece a un tiempo narrativo diferente y que se presenta como resultado posible o probable de dicha secuencia de comportamientos. Empleamos verbos proyecto, dice Danto, para caracterizar acciones tipicas como "plantar rosas" o "escribir cartas". El verbo proyecto designa aqui un conglomerado de eventos, que incluye un producto o resultado que se considera esperable si se lleva a cabo procedimentalmente cierta secuencia de conductas necesarias y/o suficientes, para producir protipicamente ese tipo de resultados. Una gran parte de los comportamientos humanos se describen en base a verbos proyecto, es decir, a la luz de una ocurrencia futura, de un resultado al que dichos comportamientos normalmente conllevan. Conjuntamente, pueden y suelen, aunque esto no siempre es asi, invocar una "intencion" o proposito (el de alcanzar determinado resultado).

El rango de expresiones que ocupan verbos proyecto es enorme. "Buscar", "confabular", "negar", "desarrollar", "fundamentar", "opinar", "saber", "decidir", "calcular", "asesinar", "gobernar", "educar", "aprender", "cazar", y miles expresiones que empleamos cotidianamente son, en realidad, antes que descripciones objetivas de conductas o "hechos", verbos proyecto que remiten a acciones. Lo significativo de esta clase de expresiones es que no aluden a ninguna conducta particular. Mas bien ordenan secuencias variables de comportamientos en funcion de una "intencion" o, tambien, de un resultado tipico esperable. Por ello puedo buscar, digamos un anillo, de muchas formas e involucrando muy diferentes estrategias. No existe ninguna taxonomia posible de comportamientos que agote lo que describe el verbo buscar. Pero no puedo decir que alguien busca un anillo si no presupongo que una probable y esperable consecuencia de ello sera encontrarlo (13). Los desenlaces posibles son parte de lo que describimos como el acto de buscar.

Como el lector habra notado, los verbos proyecto parecieran suponen algo que se acerca mucho al elemento diacronico descripto por Ricoeur para los relatos. Y por sobre todo, parecen constituir el nucleo de lo que el llama frase narrativa minima.

Podria objetarse que el caracter temporal de los verbos proyecto resulta subsidiario de los rasgos intencionales de las acciones; que al describir una conducta en base a su meta, no hacemos mas que apelar a una forma de descripcion intencional, suponiendo un contenido virtual o imaginario (14). Pero ello no explicaria el elemento diacronico de esta clase de expresiones. Puedo decir sobre una creencia, que es acerca de algo que me acabo de imaginar, con lo que estaria reconociendo sus caracteristicas intencionales. Ello no supone, sin embargo, ninguna proyeccion temporal. Lo que hay que observar aqui es que imaginario y futuro no designan la misma cosa y que aunque algunos estados mentales intencionales se refieren a cosas imaginadas que involucran el futuro, por ejemplo, cuando hablamos de un "acto intencional", otros en cambio no suponen la forma de diacronia a la que estamos haciendo mencion. Pensemos por ejemplo en el verbo alucinar en donde implicamos un estado claramente intencional, orientado a un contenido imaginario, sin hacer referencia a un tiempo anterior o posterior. Lo que tratamos de decir es que junto con la organizacion intencional de la experiencia nos encontramos, al menos en algunos casos, con una organizacion que ademas es temporal.

Por otro lado, en ocasiones describimos el comportamiento de otras personas, por ejemplo, los ninos, los pacientes con enfermedad mental o incluso los animales domesticos, en terminos de lo que podria llegar a ser el producto o la consecuencia de sus actos, sin que ello suponga atribuir a dicho agente un conocimiento explicito de tales consecuencias ni, por ende, "intenciones" o propositos en un sentido estricto. Al decir que una accion se dirige a un estado de cosas futuras, no solo digo que es acerca de otra cosa; involucro una diacronia y unifico una serie de comportamientos presentes en base a tal acontecimiento futuro.

El critico puede aun observar que lo que hacemos con los ninos, los animales o los enfermos mentales vendria a ser una forma anomala de describir conductas como acciones y que, normalmente, proyectar un comportamiento en el futuro, identificar una consecuencia y reconocer una "intencion" son cosas que van de la mano. Supongamos que aceptamos esta objecion. Ahora bien, si hallaramos una clase de hechos cuya descripcion no implicara necesariamente componentes intencionales y sin embargo supusiera el empleo de recursos narrativos como los identificados por Ricoeur, entonces nuestro critico deberia reconocer que los elementos diacronicos son intrinsecos a determinadas capacidades o estrategias distinguibles de aquellas que permiten reconocer estados con contenido intencional.

10. Las clausulas narrativas

Danto (1989) ha observado que es comun que cuando describimos experiencias historicas y biograficas empleemos un tipo particular de configuracion oracional que no suele estar presente en otras modalidades discursivas. Ha denominado frases o clausulas narrativas a este conjunto de enunciados. Los mismos se emplean para construir historias sencillas o microrrelatos pero tambien para elaborar explicaciones historicas. La particularidad de este tipo de morfologia oracional es que el acontecimiento ultimo que el narrador ha seleccionado, a modo de desenlace de la historia, es el que organiza la trama, el que condiciona y a la vez otorga sentido a los acontecimientos anteriores que han sido incluidos en la misma. Pero ello no es todo; a un mismo tiempo ese acontecimiento ultimo puede condicionar la descripcion y caracterizacion que hacemos de los que lo preceden (15). Tendriamos aqui una forma de intentio narrativa que se opone a la distentio animi, de la que hablara Ricoeur.

Veamos lo dicho a traves de un ejemplo. Entre 1685 y 1687 Newton escribe los Principia Mathematica. Como nos lo expone Danto, tras esa fecha es posible referirse a Newton como "el autor de los Principia Mathematica", independientemente del periodo de la vida que nos ocupe. Asi, podriamos afirmar que "El autor de los Principia nacio en Woolethorpe en una navidad de 1642". Tendriamos en este ejemplo una clausula narrativa y, ademas, una diacronia. Dice Danto (1989): solo despues de 1687 podria aparecer esta oracion, con el apropiado tiempo verbal. Por otro lado, la casa es la misma que la que podrian haber visto sus moradores del siglo XVII y hasta puede que tenga la misma apariencia, sin embargo solo nosotros podemos identificarla como el lugar de nacimiento del mas grande cientifico de todos los tiempos. Ello obedece a que la casa tiene ahora una significacion que no podria haber tenido en 1642.

Lo que estoy sugiriendo es que ser capaz de construir y comprender esta clase de clausulas supone un tipo de capacidad que no es necesaria para comprender otra clase de proposiciones, como es el caso de muchos enunciados declarativos que no incluyen la conjuncion de elementos diacronicos. La pregunta que seria preciso hacer ahora es: ?Cuando involucramos descripciones de hechos que se suceden en el tiempo o que suponen redescripciones en funcion de hechos aun no sucedidos; cuando empleamos clausuras narrativas o verbos proyecto, apelamos a una forma de cognicion con caracteristicas propias? ?Se trataria de una modalidad mas o menos primaria? Personalmente y en funcion de lo dicho, creo que la respuesta es que muy probablemente si, que Ricoeur ha senalado un punto critico que establece un contraste entre la gramatica de ciertas expresiones propiamente narrativas y otras que no lo son; que la misma podria sugerir un modo especifico de cognicion y que dicha capacidad podria hallarse ligada con las formas en que las personas interpretamos, principalmente, acontecimientos y acciones que se despliegan en el tiempo.

11. Patologias de la memoria y deficiencias narrativas

Siguiendo este supuesto nos preguntamos ?Como seria la cognicion de alguien imposibilitado para habitar temporalmente la realidad y, tambien, para reconstruir narrativamente su experiencia unificando la distentio animi a traves de la intentio narrativa que describe Ricoeur? ?Se veria afectada su vision del mundo y de los actos humanos? ?Podria interpretar adecuadamente hechos historicos y autobiograficos? ?Seria capaz de hacer proyectos o de comprender los proyectos de terceros? ?Podria usar clausulas narrativas? ?Se afectaria su empleo de verbos proyecto? ?Y de frases narrativas minimas?

El Dr. Oliver Sacks (1985) describe un caso clinico, el del Sr. Thompson, que pareciera responder, al menos parcialmente, a algunas de las preguntas que acabamos de hacer. Se trata de un enfermo aquejado de una forma de demencia. Al presentarse a la consulta medica el Sr. Thompson tomo al Dr. Sacks por un viejo cliente, el Sr. Tom. Cuando el medico le senalo su equivocacion, el paciente inmediatamente se corrigio diciendo: "!Si que me equivoco! ?Por que iba a llevar una chaqueta blanca si fuese Tom? Usted es Humie, el carnicero judio de la tienda de al lado". El Dr. Sacks senalo entonces su estetoscopio. "Ustedes los mecanicos estan empezando a creerse que son medicos, con esas chaquetas blancas y los estetoscopios", exclamo el Sr. Thompson. "Es usted mi viejo amigo Manners", dijo y, un momento despues, sintiendose desorientado, pregunto: "?Donde estoy?".

El Sr. Thompson sufria un trastorno de la memoria. Padecia el sindrome de Korsakov, un tipo de patologia que aqueja a la memoria anterograda. Este paciente olvidaba a los pocos segundos cada cosa que sucedia. Procuraba luego salvar cada laguna con ingeniosas ocurrencias. Creaba un delirio confabulatorio, inventando para si y para otros sucesivas identidades. Pero se hallaba desorientado y era incapaz de ajustarse a situaciones cotidianas adoptando un rol o ateniendose a un plan. Esta clase de pacientes manifiestan lo que se conoce como dysnarrativia, una grave incapacidad para relatar y comprender historias (Bruner, 2003). Junto con la memoria, en este tipo de patologias se deteriora la afectividad, las habilidades para programar actos motores complejos y el sentido de la propia identidad. Se ve tambien comprometida la capacidad para leer el pensamiento de otras personas y comprender algunas acciones mas o menos complejas que han de interpretarse a partir de los motivos y razones que las sustentan.

Es verdad que el caso descripto no supone la absoluta anulacion de las capacidades para reconstruir temporal y narrativamente la experiencia. Se trata de una afeccion parcial (16). Sindromes como el descripto nos previenen, sin embargo, sobre el rol que las competencias narrativas podrian tener en el plano cognitivo como organizadores de la temporalidad y la experiencia. Nosotros tenemos, todos y cada uno, una historia biografica, una narracion interna, cuya continuidad, cuyo sentido, es nuestra vida, dice Sacks. Podria decirse que cada uno de nosotros edifica y vive una narracion, que esa narracion nos aporta a cada momento un sentido de la propia identidad y una direccionalidad. En casos como el del Sr. Thompson, el paciente debe literalmente hacerse a si mismo y reconstruir el mundo a cada instante, sin saber jamas con claridad hacia donde va (Sacks 1985: 151). En tales condiciones, la tarea de significar el presente en base al pasado y el futuro se ve limitada y, con ello, se limita tambien la funcion de ordenar la propia vida e incluso las propias acciones como fenomenos que se despliegan en el tiempo. Lo que aqui parece quebrantarse es la posibilidad de articular la distentio y la intentio a fin de configurar en un todo con sentido, los momentos pasado, presente y futuro. Esto mismo compromete, al parecer, las competencias para dar a las acciones continuidad y sentido.

12. Conclusiones

Una de las funciones primordiales del lenguaje es reducir y validar informacion simplificando la complejidad del mundo para asi dominar lo contingente y potenciar nuestro ajuste y adaptacion. El lenguaje nos ayuda, asimismo, a coordinar acciones y compartir planes, pensamientos, conceptos, valores. Hace tambien posible que nos instruyamos unos a otros posibilitando que elaboremos programas motores para ajustarnos al mundo sin tener, por sobre todo, que pasar por la riesgosa experiencia del ensayo y el error.

Segun hemos visto, al parecer de algunos autores el empleo de relatos y microrrelatos podria resultar una herramienta clave para la organizacion de la cognicion y los actos humanos. Desde una postura un tanto radical, Burkert (2009) ha propuesto que un relato es una forma particularmente esquematica y eficiente de ordenar la informacion, sobre todo cuando implica agentes capaces de autorregularse y actuar "intencionadamente" en base a motivos y razones. Esquematicamente, en su nucleo, un relato supondria describir un estado de cosas A + un proceso X = un estado de cosas B que seria resultado de una transicion desde A hacia B. Suele suponer ademas una serie de indicaciones o recomendaciones respecto de como ciertos actos podrian facilitar u obstruir el paso de A hacia B.

En este minimo resumen he senalado que para Ricoeur (1978) nuestra tendencia a pensar narrativamente la realidad, asi como tambien la predileccion por un lenguaje de "intenciones" para caracterizar acciones, podria asociarse con el modo en que comprendemos los actos humanos, proyectandolos en el tiempo y disponiendolos en base a lo que serian sus metas o posibles resultados. Pensamos los actos en base a lo que son sus consecuencia; para ello reunimos en un unico momento narrativo un antecedente con su respectivo consecuente.

En los terminos en que Ricoeur lo ve, la narrativa vendria a ser una especie de marco preconceptual que combinamos con una teoria ingenua sobre la accion humana para dar sentido y proyeccion a los actos propios y de nuestros semejantes. Segun vimos, para este autor la frase narrativa minima, condensa los elementos esenciales de un relato. Usamos frases narrativas minimas, dira Ricoeur, porque pensamos la realidad humana en terminos no solo intencionales sino diacronicos e historicos. Muchos otros hechos del mundo que no involucran actos humanos tambien se ajustan a un esquema diacronico. Pero en especial cuando se describen "actos intencionados" llevados a cabo por agentes humanos empleamos frases y oraciones como las senaladas.

En apoyo de dicho hasta aqui, he comentado que cierta forma de discurso historico y biografico, que utilizamos a diario para explicar actos humanos, apela a sentencias u oraciones con una gramatica caracteristica, distintiva respecto de otro tipo de proposiciones. Danto (1989), que ha dicho que la naturaleza intrinsecamente narrativa del discurso historico deriva de que el mismo supone siempre la vinculacion de al menos dos acontecimientos, en donde el primero cobra sentido como resultado de su lugar dentro de una trama que conduce a otro ulterior, identifico los verbos proyecto y clausulas narrativas como dos tipos de morfologias propias del discurso historico. He senalado que en unos y otras se observan rasgos diacronicos semejantes a los que Ricoeur identifico en la frase narrativa minima. En los tres casos parecieramos estar ante rudimentos de lo que seria la estructura de un relato.

Para autores como White (1987), la construccion de relatos seria una forma basica de asimilar nuestra experiencia a estructuras de significacion que son susceptibles de transformarse en conocimiento. Sostiene que la ausencia de estas competencias probablemente conllevaria que nuestras experiencias perdieran todo sentido. La posibilidad de generar explicaciones de cualquier tipo, dice este autor, supone ya de por si una articulacion que es temporal y en algun modo narrativa. Respecto de esto, Barthes (1991) ha dicho que todo relato es una gran frase, asi como toda frase constatativa es, en cierto modo, el esbozo de un pequeno relato. En el relato descubrimos, agrandadas y transformadas, las principales categorias del verbo, los tiempos, los modos, las personas. Incluso los sujetos como opuestos a los predicados no dejan de someterse en el modelo oracional a la tipologia actancial propuesta por Greimas (1966) quien descubre en la multitud de personajes del relato las funciones elementales del analisis gramatical.

En "La preparacion de la novela", una edicion de los apuntes que preparo para los cursos que dicto entre 1978 y 1980, Barthes se interroga, estableciendo una especie de contrapunto, sobre las relaciones y enfrentamientos que seria posible establecer entre el haiku japones y la novela "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust. El haiku japones es un tipo de construccion poetica que respeta una estructura formal tipica: un primer verso de 5 silabas, un segundo verso de 7 y un tercer y ultimo verso de 5. El siguiente es un ejemplo de haiku (que respeta esa estructura en el idioma original, por supuesto):
   Con un toro a bordo
   Un barquito atraviesa el rio
   A traves de la lluvia nocturna
   (Shiki)


Para Barthes, el haiku es a la vez una panoramica fugaz, modesta, que nos da con sus distintos elementos y matices, una impresion sinestesica de conjunto; pero es tambien la descripcion de un suceso, de algo que ocurre, del paso de un estado A a otro estado B. La monumental novela de Proust, por otro lado, representa para este autor la coronacion ultima, la maxima expresion de las posibilidades de cualquier relato. "En busca del tiempo perdido" vendria a ser una composicion que explota la diacronia narrativa hasta el maximo limite posible.

Lo que Barthes sugiere es que al menos ciertos haikus contienen ya el germen de una historia: lo que el llama un narrema, una nebulosa, dice, de causalidades y consecuencias. Lo que pareceria legitimo preguntarnos en este punto es si el narrema de Barthes no podria estar expresando una estructura analoga, pero mas general, de la clase de intentio narrativa que hemos reconocido en las frases narrativas minimas, los verbos proyecto y las clausulas narrativas. Lo que es preciso interrogar es si la descripcion de cualquier acontecimiento que se prolonga en el tiempo no supone ya los elementos prototipicos primarios que hacen, sino al aspecto propiamente "intencional" de los actos humanos, si al aspecto temporal y diacronico del relato. Detras del esquema de toda narracion pareciera estar la pregunta: "Algo ha sucedido o esta sucediendo ?Que?".

?Cuales serian los limites del discurso narrativo?, nos preguntamos. Si aceptaramos la hipotesis de que lo que caracteriza a la estructura primigenia del relato es ademas de que normalmente involucra agentes humanos, capaces de manifestar actitudes intencionales, su caracter de diacronia, ?Cuales serian los casos en que nos encontramos ante frases o proposiciones que excluyen por completo cualquier elemento narrativo? La proposicion "la suma de los angulos de un triangulo rectangulo es de 180[grados]", es un ejemplo de una oracion declarativa que carece de la distentio e intentio ricoeuriana y que tampoco involucra acciones ni agentes humanos. Por supuesto, carece de elementos narrativos. La oracion que sigue, en cambio, si contiene casi todos los elementos de un microrrelato: "En realidad, lo que yo quiero lograr de Alicia es una especie de amor incondicional como lo tenia de mama, cuando era chico, que me queria, hiciera las cosas bien o mal". Se nos habla de alguien que espera, se propone o hace algo que puede llegar a tener determinadas consecuencias; se nos remite a una diacronia, etc. ?Que sucede, por otro lado, con una proposicion como "Sobre la mesa ha quedado el jarron floreado"? Aparentemente esta oracion tambien carece de la mayoria de los elementos enumerados parrafos atras para las frases narrativas minimas y los relatos. No contiene introduccion, nudo ni desenlace y tampoco implica 1) que alguien haga alguna cosa; 2) que ello suponga una consecuencia para alguien a quien tal consecuencia le importe. Sin embargo, en situaciones cotidianas, durante sus comunicaciones, ninguna persona hace una enunciacion semejante de forma aislada. Si alguien me dijera, nada mas "Sobre la mesa esta el jarron floreado", de inmediato miraria a esa persona esperando que agregue alguna otra cosa y, si no lo hiciera, le preguntaria a continuacion "?Y que hay con ello?" o "?Por que (o para que) me lo dices? Nuestras comunicaciones se enmarcan en una pragmatica; suponen una intencion comunicativa. Ello nos obliga a completar siempre, de un modo u otro, la informacion que brindamos a fin de que el oyente o receptor comprenda que uso debe darle al contenido de una comunicacion, cuales son las posibles consecuencias que se desprenden de ella (17).

En el caso de "Sobre la mesa ha quedado el jarron floreado", en condiciones ordinarias, resultaria esperable que continue mi comunicacion diciendo algo como "!Ten cuidado! Podria romperse y significa mucho para mi" o "!Mira que bonito es! Pertenecio a mi bisabuela". En ambos casos, tenemos ya una diacronia y el rudimento de una historia: a) algo -el jarron que ha quedado sobre la mesa- es significativo para mi (introduccion) y, si se rompiese (nudo) lo lamentaria (desenlace y/o consecuencia); b) algo --el jarron--(introduccion); pertenecio y es herencia de alguien muy querido (nudo); por ello es significativo para mi (desenlace y/o consecuencia) (18).

Las cuestiones que hemos analizado en este trabajo dejan a mi modo de ver mas preguntas que respuestas. Conllevan si, segun creo, a atender a nuestras competencias narrativas como un conjunto de capacidades que presentan rasgos propios. En esta presentacion he hecho apenas un esbozo de algunas de las principales propuestas que se vienen desarrollando desde los campos narratologico, filosofico y psicologico. He intentado resaltar lo que serian interrogantes y problemas centrales. Lo mas interesante es, en mi opinion, que este conjunto de tesis suponen hipotesis arriesgadas sobre la naturaleza y las implicancias que la narrativa tendria al momento de pensar la cognicion humana. Las mismas podrian llevarnos a reformular profundamente nuestra concepcion de algunos de los principales temas de la psicologia.

doi: 10.12795/themata.2017.i55.06

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Dante Gabriel Duero [1]

Universidad Nacional de Cordoba (Secyt)

Recibido: 15/ 4/ 2016

Aceptado: 15/ 7/ 2016

(1.) ([email protected]) Dante G. Duero es Doctor en Psicologia y Magister en Psicologia Clinica. Es Profesor Asistente de la Catedra Introduccion a la Psicologia en la Universidad Nacional de Cordoba (Argentina) y Profesor Titular de la Catedra Psicopatologia General, en la Universidad Catolica de Cordoba (Argentina). Dirige un grupo de investigacion sobre personalidad, psicopatologia y narrativa. Ha publicado numerosos articulos sobre esta y otras tematicas vinculadas.

(2.) En adelante daremos al termino cognicion un sentido cercano a las concepciones enactivistas (Di Paolo, 2005; 2009; 2010; Di Paolo, Rohde & De Jaegher 2010).

(3.) Por cuestiones de espacio no me detendre a analizar cada una de estas propuestas, que son abordadas en detalle en las diferentes obras de estos autores.

(4.) Piensese en lo que hacemos por ejemplo, durante una funcion de mimo, en donde intentamos "adivinar" que es lo que el actor esta haciendo o representando en cada momento del sketch. Decimos entonces: "Ahora esta tratando de cazar una mariposa; ahora la agarro; ahora se le ha escapado, etc.". Por lo general incluso, ni siquiera necesitamos llegar a hacer la reconstruccion en forma explicita. "Sabemos" lo que el actor hace igual que "sabemos" la direccion que parece seguir la secuencia de sus acciones.

(5.) Uso el termino "texto escrito" para referirme a una composicion de caracteres imprimibles, que posee una intencion comunicativa y que ha sido codificado en un sistema de escritura.

(6.) Es recomendable diferenciar las nociones intencionalidad (en italica), en la acepcion que da al termino Brentano (1874) y luego la fenomenologia, y acto "intencional" (entrecomillado), en el sentido de acto orientado en funcion de una meta futura. Como enseguida veremos, aunque los "actos intencionales" presuponen la intencionalidad mental, implican ademas un desarrollo en el tiempo (desde el presente y hacia el futuro), lo que no necesariamente es un rasgo propio de otros hechos mentales.

(7.) Serebriany, senala que todo cuento tradicional puede reducirse a tres momentos fundamentales: 1) la fechoria inicial que crea el nudo de la intriga; 2) las acciones del heroe como respuesta a la fechoria y; 3) el desenlace feliz, que consiste en el restablecimiento del orden de las cosas (s/r, citado en Meletinski, 1971).

(8.) De acuerdo con algunos filosofos este tipo de propiedad no seria compartida por ninguna otra clase de eventos, salvo hace notar Searle (1992), las representaciones y los simbolos.

(9.) Ciertas caracteristicas de los hechos mentales y representacionales, tales como la opacidad referencial, la falibilidad y la aspectualidad de sus contenidos serian una derivacion de tales propiedades.

(10.) Algo que debe quedar claro es que no estoy diciendo que la narrativa sea previa a la capacidad para reconocer estados intencionales en otras personas. Estoy sugiriendo que si se sigue el razonamiento de Ricoeur, ambas capacidades, las intencionales y las narrativas, podrian ser parte de un mecanismo mas complejo que nos permite, conjuntamente y de forma respectiva, proyectarnos en el tiempo y comprender actos humanos.

(11.) Un ejemplo de esto puede verse en el analisis que hacen Lingua, Smith Miranda y Duero (2012) a partir de un caso judicial.

(12.) Pensemos en lo infructuoso que resultarian los intentos de Umberto Eco por revelar cierta informacion a Og y Ug, si antes no presupone en los cazadores la capacidad para organizar los hechos a partir de algo parecido a una historia, con un antes, un despues, una direccion y un sentido que rige y ordena la secuencia de acontecimientos dentro de un binomio que va de la causa a la consecuencia.

(13.) Normalmente presupondre tambien que su agente sabe lo que es un anillo y desea encontrarlo.

(14.) Es decir, podria aducirse que esta estructuracion es nada mas producto de que pensamos en los actos humanos en funcion de sus rasgos intencionales, que el elemento diacronico seria otro elemento de la intencionalidad mental; que asi como podemos representarnos una montana de oro u otros contenidos mentales inexistentes, podemos tambien pensar en nuestros actos como orientados hacia contenidos imaginarios.

(15.) Como ha dicho Ricoeur: "una consecuencia importante de la estructura de las clausulas narrativas consiste en que podemos cambiar la descripcion que hacemos de los acontecimientos pasados en funcion de lo que sabemos de los futuros" (Ricoeur, 1978: 91).

(16.) Por ello, muy probablemente, no llegue a interferir la capacidad para comprender acciones sencillas, mas o menos constrenidas en el tiempo ni, tampoco, para comprender, al menos semanticamente, los verbos proyecto de Danto.

(17.) En nuestras conversaciones ordinarias empleamos, por otra parte, una cantidad de emisiones realizativas que no responden al formato de un enunciado constatativo y que tampoco parecen ser parientes del relato; ocurre con actos comunicativos como preguntar, prometer, expresar sorpresa, etc. Una persona nos puede preguntar por una direccion sin implicar un relato o narracion. Sin embargo, si la persona tiene un plan de accion, (es decir: sabe para que busca esa direccion, a quien o quienes encontrara alli, que es lo que hara y cual es el resultado probable de su visita) o bien espera generarlo (tras obtener la informacion), estamos aunque mas no sea de forma rudimentaria ante el germen de un relato. Con ello estamos diciendo que un plan de accion podria ser, tambien, la contracara del relato. Y es que los relatos, en tanto organizadores de nuestra cognicion, podrian llegar a ser el mejor modo de generar planes para la accion. Tal vez la accion y el relato se organizan a partir de las mismas bases. Tal vez, como dijera Ricoeur, un relato es "una imitacion de la accion" (2004: 116).

(18.) En los casos de excepcion como la proposicion "la suma de los angulos de un triangulo rectangulo es de 180[grados]", la diferencia esta segun creo (y esto es lo que parece quitarle cualquier similitud con las frases narrativas minimas y los relatos en general) en que el verbo no describe una transicion sino un estado de cosas por un lado y, por el otro, en que el sujeto de la oracion es un hecho abstracto; por ende no es posible aplicar circunstanciales de tiempo, lugar y modo. Este tipo de sentencias se emplean cuando se busca definir una clase de objetos, y una caracteristica es que eluden cualquier contextualizacion temporal y espacial. No se trata, en definitiva, de una sentencia propiamente historica ni tampoco, por ende, narrativa.
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Author:Duero, Dante Gabriel
Publication:Themata. Revista de Filosofia
Article Type:Ensayo
Date:Jan 1, 2017
Words:11922
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