Ejemplos ?
ningún cansancio en sus corazones por los dioses de los cuales se encargaron al venir de Lugar de la Abundancia-Barranco, allá lejos, en Oriente.
Y tal vez en tu ventana, Ceñida la sien de flores, Verás nuevos amadores Venir de tierra lejana: Y en cansado palafrén, Mal vestido el roto acero, Vendrá algún aventurero Á darte obsequio también; Mientras yó, el primer amante, En esta arena distante, Lloro mi bella inconstante, Lloro mi perdido amor… Tus caricias quqe pasaron Como cierzos que bramaron, Como soles que secaron Una solitaria flor.
Estuve en La Plata, estuve también aquí en Capital, en el Barrio Mitre, que fue el barrio más castigado de la Capital Federal, hice el recorrido en el Barrio Mitre luego de venir de La Plata y antes de que el helicóptero aterrizara, porque el Barrio Mitre queda muy cerca de Olivos y por lo tanto podía ir en auto, le pedí al helicopterista que diera una vuelta por el barrio para que yo lo pudiera ver desde el aire.
Porque no se quiere agarrar el toro por los cuernos. Nosotros acabamos de venir de la Sierra Maestra. Hemos iniciado la reforma agraria.
En ese año hizo venir de España a su mujer, que era una sevillana de mucho reconcomio y con toda la sal de la tierra de María Santísima.
Las golondrinas nada sabían, pero la cigüeña adoptó una actitud cavilosa y, meneando la cabeza, dijo: -Sí, creo que sí. Al venir de Egipto, me crucé con muchos barcos nuevos, que tenían mástiles espléndidos.
Hasta el lunes siguiente habrá de reanudarse y en donde unas horas antes todo era ruido, agitación, movimiento, rugir de aparatos mecánicos, constante ir y venir de trabajadores, reina complaciente la calma con su séquito de tristezas fatigadas.
Era un gigante de huesos y de pergamino, encorvado, con los ojos hondos y la cabeza siempre temblona, por efecto de un tajo que había recibido en el cuello siendo soldado en la primera guerra. El sacristán, deteniéndole en la puerta, le advirtió en voz baja: —Ahí le busca un reverendo. Debe venir de Roma. Yo esperé.
Allí hunden sus pestañas, viendo el ir y venir de las arrieras que curvan sin atropellarse, manteniéndose embanderadas las que regresan a la casa, trayendo trocitos de verdes hojas suaves cortadas en el monte, o cargadas de piezas comestibles.
Si quieres un palacio haré venir de tu tierra donde nace el sol, los hombres sabios para construirlo con el oro que está guardado en el corazón de esta tierra, que es mía, y que desde este momento tú sola eres la dueña.
A medida que bajaba por el rio, el oficial y los marineros que iban en ella escucharon violentos disparos de cañón que parecían venir de los cuarteles.
Para nuestra descripción resultaba obligado establecer tal orden sucesivo; pero en realidad se trata probablemente más bien de un simultáneo ensayo de varios caminos, esto es, de un ir y venir de la excitación hasta que una de las agrupaciones queda mantenida por resultar la más adecuada distribución.