tía


También se encuentra en: Sinónimos.

tía

(Del bajo lat. thia < gr. theia.)
1. s. f. Hermana del padre o de la madre, respecto de una persona.
2. vulgar Mujer que ejerce la prostitución.
3. Tratamiento de respeto que se da en algunos pueblos a las mujeres casadas o de edad.
4. coloquial Expresión que equivale a amiga o a mujer en general ¡tía, qué fiesta tan guapa has montado!
5. coloquial Mujer de quien se pondera una buena o mala cualidad ¡qué tía, canta como los ángeles!
6. despectivo Mujer grosera o despreciable.
7. cuéntaselo a tu tía Indica incredulidad.
8. no hay tu tía coloquial Expresa la dificultad o imposibilidad de realizar o conseguir una cosa.
9. quedarse para tía coloquial Quedarse soltera una mujer.
10. tía buena coloquial Mujer que tiene un buen tipo y es atractiva.
11. ¡tu tía! interj. coloquial Expresión de rechazo.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

tía

aunt, maternal aunt, paternal aunt

tía

леля

tía

tante, foster, moster

tía

Tante

tía

zia

tía

amita

tía

tante

tía

tante

tía

teta

tía

faster, moster, tant

tía

teta

tía

täti

tía

tetka

tía

おば

tía

이모

tía

ciocia

tía

tia

tía

พี่หรือน้องสาวของพ่อหรือแม่

tía

teyze

tía

bác

tía

姑妈

tía

f aunt
English-Spanish/Spanish-English Medical Dictionary Copyright © 2006 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved.
Ejemplos ?
Yo supongo que ustedes comprenderán por qué he hecho lo que he hecho; yo no tenía más que seis mil reales y un piquillo, que fue lo que me dejó mi tía, que en paz descanse.
-Pos lo que me ha dicho, platicando en prata fina, es esto: «Oiga usté, tía Candelica, ahora mesmito se echa usté er mantón y se va usté a la diligencia y me jace usté er favó de enterarse si se ha dío o no se ha dío mi hombre.» Eso fue lo que me dijo.
Y la verdá, como yo la quiero más que a las niñas de mis ojos, pos velay usté, me rae la cosa las entrañas, y si en mi mano estuviera, y si ella se guiara de mis consejos, otro gallo le cantaría, otro gallo, señó José, otro gallo con muchísima más cresta y muchísimas más plumas y muchísimos, pero que muchísimos, más espolones. -Pero ¿qué es lo que me está usté diciendo, tía Candelica?
-Eso sí, güena voz y mu poquita vergüenza -murmuró la señá Rosalía saliendo de la habitación, no sin posar antes en su sobrina una mirada henchida de reproches. Pos tiée razón tu tía -exclamó Pepa la Garibaldina-.
Sabía que el Niño puede proteger al que le implora, y que a la tía Carmela, guardiana del corral, en más de una ocasión el Niño la sacó de graves apuros.
Y en lo redulce de la voz de su comadre estaba pensando nuestro héroe, cuando, interrumpiendo bruscamente el curso de su pensamiento y deteniéndose delante de él, díjole la tía Candela, la encargada de ayudar en sus quehaceres domésticos a su comadre, la hermosísima Rosario: -Oiga usté, señó Joseíto, ¿se ha dío ya mi amo er Carabina?
Ésta, no hay dama en Sevilla que no conozca, por que con las más introducida está, por su habilidad, 18 pues vendiendo bujerías, como abanicos, color, alfileres, barros, cintas, guantes y valonas, y otras semejantes baratijas, se introduce; y con aquesto por el ojo de una tía meterá un papel, y hará con tan rara y peregrina maña un embuste que muchos, siendo así que eso es mentira, la tienen por hechicera.
-Pos, señó, esta madre y esta hija vivían de lo que ganaba el hermano, que estaba en una talabartería, y la hermana tenía un novio, compañero de taller de su hermano, cuyo novio se llamaba Joseíto, que era más solo que una parmera y que tenía un puñaíto de alfonsinos que le había dejado una tía suya, al morir, metíos en una calceta.
Esto era, que ínter el carnicero en un grupo descuartizaba a golpe de hacha, colgaba en otro los cuartos en los ganchos a su carreta, despellejaba en éste, sacaba el sebo en aquél, de entre la chusma que ojeaba y aguardaba la presa de achura salía de cuando en cuando una mugrienta mano a dar un tarazón con el cuchillo al sebo o a los cuartos de la res, lo que originaba gritos y explosión de cólera del carnicero y el continuo hervidero de los grupos, dichos y gritería descompasada de los muchachos. —Ahí se mete el sebo en las tetas, la tía —gritaba uno.
Los Jefes (1959) La ciudad y los perros (1963) La casa verde (1966) Los cachorros (1967) Conversación en La Catedral (1969) Pantaleón y las visitadoras (1973) La tía Julia y el escribidor (1977) La guerra del fin del mundo (1981) Historia de Mayta (1984) ¿Quién mató a Palomino Molero?
Ángeles que pintemos tu probe tía y yo, demonios que te parecen, y si to este sinvivir que de pronto se mos ha metío por las puertas, y toíto este jerre que jerre es por mo de Paco, de tu Paco, a quien bien podían...
Le dije: "Tía, yo estoy de acuerdo en que usted pueda argumentar todo esto en relación con el deficiente servicio que nosotros proporcionamos, pero no creo que le dé derecho a perjudicar a otro ciudadano, que tiene el mismo derecho, porque si la recolección de la basura es tan deficiente, pues lo que hizo usted es que al vecino que vive enfrente lo ésta afectando con una acción suya.