Pero no; tal vez le buscaban en aquel momento. Un barco corre mucho; por pronto que hubiesen subido a cubierta y arriado vela, ya estarían a más de una milla.
Terminaba la última milla a pie, reflexionando en el camino en lo que debería hacer y dejando tras de mí el coche, que me había seguido toda la noche.
Resultado de sus cavilaciones fué el convocar, para pedh les consejo, á don Domingo Guerrero, don Felipe Gastelumendi, don Justino de Milla y don Jacobo Campos, que eran, como si dijéramos, los caciques ú hombres prominentes del vecin- dario.
— Pues á buscar tres ninfas, señor gobernador— dijo don Jus- tino de Milla— en obedecimiento al superior mandato; y no se emp eñe usted en escogerlas entre las muchachas de zapato de ponleví y basquina de chamelote, que su excelencia, según mis noticias, ha de darse por bien servido siempre que las chicas sean como para cena de Nochebuena.
Gabino Gaínza, Antonio García Redondo, Francisco de Paula Vilches, Mariano Gálvez, José Matías Delgado, Miguel Larreynaga, Tomás O`Horán, Serapio Sánchez, José Francisco Córdova, Santiago Milla, José Antonio Larrave, Mariano de Aycinena, Antonio Rivera Cabezas, Isidoro del Valle y Castriciones, Pedro Molina, Francisco Barrundia, Pedro de Arroyave, Mariano Beltranena, Angel María Candina, José Mariano Calderón, Manuel Antonio Molina, José Domingo Diéguez, Secretario y Lorenzo Romaña, Secretario.
- Cuando una persona sea portadora de un “hábeas corpus”, dirigido a un “sheriff”, carcelero o cualquier otro funcionario, a favor de un individuo puesto bajo su custodia, y dicho “habeas corpus” se presente ante tales funcionarios, o se les deje en la cárcel, quedan obligados a manifestar la causa de esta detención a los tres días de su presentación (a no ser que la prisión sea motivada por traición o felonía mencionada inequívocamente en el “warrant”) pagando u ofreciendo abonar los gastos necesarios para conducir al prisionero, que serán tasados por el juez o tribunal que haya expedido el “habeas corpus”, a continuación del mandamiento, y que no podrán exceder de doce denarios por cada milla...
Y si, como suele suceder, en esta nube de humo negrísimo hubiera estado envuelta la escoria, aún cuando nos hubiéramos encontrado separados de ella por más de una milla...
Los jurados y testigos en la Corte de Distrito de los Estados Unidos para Puerto Rico tendrán derecho a recibir y recibirán quince centavos por cada milla que hayan tenido que recorrer necesariamente, utilizando alguna línea de diligencias, o viajando en vehículos particulares, y diez centavos por cada milla recorrida en ferrocarril, en ir a dicha Corte y en volver de ella.
Aquel sobre el corcel, que restó erecto y al otro vio con el caballo en tierra, juzgando ya enojoso el desafecto, no procuró continuar la guerra; sino por donde ve el camino recto corriendo a rienda suelta otra vez yerra; y, antes que el infiel del trance salga, ya a milla o poco menos de él cabalga.
El tercio casi de una
milla era la prolija carrera que los hercúleos troncos hace breves, pero las plantas leves 1050 de tres sueltos zagales la distancia sincopan tan iguales, que la atención confunden judiciosa.
Luis de Góngora y Argote
No pude pasar de allí a cabsa de salir de la cordillera grande un río muy cabdaloso, de anchor de más de una milla, e así me subí el río arriba derecho a la sierra, y en ella hallé un lago de donde procedía el río, que al parescer de todos los que allí iban comigo ternía hasta cuarenta leguas de bojo.
Así, en el Kitab al-
milla al-fadila afirma que las almas de los malos, después de la muerte, permanecen eternamente en tormentos sin fin; pero después, en su Siyasa al-madimiyya, dice francamente que estas almas se disuelven y reducen a la nada, y que no sobreviven, sino las almas virtuosas y perfectas; finalmente, en su comentario al Kitab al ajlaq, describe algo de lo que se refiere a la felicidad humana, y allí dice que sólo se la halla en esta vida y en este mundo.
Abentofail