Mas dejo a Carlos y Agramante un tanto, que he de cantar del africano Marte, aquel terrible Rodomonte horrendo, que va por medio de París corriendo.
Nadie se dio cuenta que las banderolas plantadas en aquella superficie, creída de la luna, por una extraordinaria manipulación que había alterado el curso original del vuelo, era la de Marte.
Entre otras, no menos peregrinas invenciones, prohíbe hacer gargarismos ó aplicarse un clister, mientras Piscis no haya entrado en cierta casilla que el autor señala en un planito por él ideado; y califica poco menos que de suicida al que toma un vomitivo ó se hace sangrar, cuando
Marte se halla de visita en la casa de Mercurio.
Ricardo Palma
Los huesos y la sangre que natura me dio para vivir, no poca parte dellos y della he dado a la locura, mientras el pecho al desenvuelto
Marte tan libre di que sin mi daño puede, hablando la verdad, ser muda el arte.
Francisco de Aldana
Soldado intrépido, escritor de algún brillo, político hábil, hombre de bella y marcial figura, desprendido del dinero, de fácil palabra, de vivaz fantasía, como la generalidad de los bonaerenses, e impetuoso, así en las lides de
Marte como en las de Venus, tal fue D.
Ricardo Palma
Y si Washington, peleando por la libertad de su patria, me parece un hijo de Marte teñido de sangre, y cubierto de polvo; recogiendo sus pocas hojas de tabaco en su corta heredad, se asemeja al hermano de Cares, rodeado de placeres y de abundancia.
Otro que estaba a gatas con un compás midiendo alturas y notando estrellas, cercado de efemérides y tablas, se levantó y dijo en altas voces: -¡Vive Dios que si me pariera mi madre medio minuto antes que me salvo, porque Saturno en aquel punto mudaba el aspecto y
Marte se pasaba a la casa de la vida; el Escorpión perdía su malicia, y yo, como di en procurador, fui pobre mendigo.
Francisco de Quevedo
Clinton, presidente de los Estados Unidos de América y a su esposa, la señora Hillary Rodham Clinton, con motivo de su visita de Estado a México, hoy en la mañana, en el Campo Marte de esta ciudad.
Militares embarazos a muchos dél defendieron. GARCIA. Al dios Marte no valieron contra los venéreos lazos. PRINCIPE. ¿No os admirará en efeto deciros que amo, Garcia?
No siempre has de atender a
Marte airado, desde tu tierna edad ejercitado, vestido de diamante, coronado de plumas, arrogante; que alguna vez el ocio es de las armas cordial socrocio, y Venus en la paz, como Santelmo, con manos de marfil le quita el yelmo.
Lope de Vega
Su aliento impuro la pestilente fiebre respirando, infestó el aire, emponzoñó la vida; el hambre enflaquecida tendió los brazos lívidos, ahogando cuanto el contagio perdonó,; tres veces de Jano el templo abrimos, y a la trompa de
Marte aliento dimos; tres veces, ¡ay!, los dioses tutelares su escudo nos negaron, y nos vimos rotos en tierra y rotos en los mares.
Manuel José Quintana
i de mi baxa lira tanto pudiese el son, que en un momento aplacase la ira del animoso viento y la furia del mar y el movimiento; y en ásperas montañas con el suave canto enterneciese las fieras alimañas, los árboles moviese, y al son confusamente los traxese; no pienses que cantado sería de mí, hermosa flor de Gnido, el fiero
Marte airado, a muerte convertido, de polvo y sangre, y de sudor teñido; ni aquellos capitanes en las sublimes ruedas colocados, por quien los alemanes el fiero cuello atados, y los franceses van domesticados.
Garcilaso de la Vega