L'acritud de su carácter, la hiel de sus versos, deben atribuírse, más que a nativa malignidad, a las contrariedades de su vida, a su amor desgraciado, a sus continuas enfermedades, a la parálisis que años enteros le clavó en el lecho hasta victimarle en 1856.
Pero María, respondiéndole, dijo: Hombre de Dios, no creo que eso pueda pasar, antes creo con certeza que aquel que lo ha enviado para nacer entre los hombres lo protegerá contra toda malignidad, y lo conservará en su nombre al abrigo del mal.
El maligno no es tan duro ni atroz como el malvado; hará derramar lágrimas; pero tal vez se enternecerá si las vé correr. El substantivo malignidad tiene mucha mayor fuerza que el adjetivo maligno .
Gracias á la malignidad del Escritor que promovió tesoro tan inestimable: al mismo tiempo que es de reprehender el empeño del que en nuestro siglo, ó por afición á su compatriota, ó por otro motivo verdaderamente incomprehensible, pretende elevar los humildes arbustos sobre los mas altos cipreses.
––¿De quién es esta casa? ––pregunta con malignidad, porque harto lo sabía. Reflexiono un instante, y respondo: ––Señor gobernador, esta casa es del emperador mi soberano, y vuestro soberano, y yo la poseo en feudo––.
Mas duerme tranquilo ahí; En ese rincón inmundo, Para sarcasmo del mundo, Te basta tu nombre a ti. Que imbécil o descuidada La malignidad del hombre, Dejó olvidado tu nombre Sobre el sello de tu nada.
Sócrates: Es cierto; hay apariencia pero no solidez en lo que dicen; no hay medio de persuadirles de que todo lo que se encuentra entre el bien y el mal, y está por esto mezclado, es peor a causa del mal y mejor a causa del bien; que dos bienes unidos y que no tienden al mismo fin se estorban recíprocamente para llegar al término que cada uno de ellos se propone; que por la misma razón, la mezcla de dos males contrarios corrige su malignidad...
Tal cual espectador ha creído que podríamos exigir con razón algún refrán de boca de Sancho; y, por último, no podemos prescindir de desaprobar algunas frases, que dan lugar a la malignidad de los equívocos y se prestan a alusiones no del mejor género.
Los escritores que sólo saben divertir con el auxilio de tan mezquinos recursos ignoran, sin duda, que se necesita muy poco arte y muy poca habilidad cuando sólo se trata de entretener la
malignidad pública; y nosotros, desde luego, declaramos que no es nuestro intento aspirar a triunfos de esta especie».
Mariano José de Larra
Dedicáronse a rebuscar en los antecedentes, en la familia y en el ayer de Severo Llamas alguna de esas historietas que ofrecidas por comidilla a la
malignidad la enconan y soliviantan para que se alce goteando ponzoña; y encontraron, porque siempre se encuentra, aun en el pasado más puro, aun en la más honrada familia, algo que, interpretado y comentado por el odio, resulte infamante.
Emilia Pardo Bazán
El mismo Juan de Avila, que después mereció el renombre de Apóstol de Andalucía, y de Maestro por excelencia, sufrió la injuria de ser acusado al Santo Oficio por sugetos envidiosos, que denunciáron sus palabras, ya que no era posible á la malignidad delatar sus obras, buscando con este hecho poner en duda su buen nombre y reputación; mas la inocencia misma del acusado le libertó de la prisión con mayor calificación de su doctrina, vencidos los calumniadores.
Quizá por esto mismo, o por otras razones que demuestran la innata
malignidad e ingratitud del hombre, terminado el juego, los chicos no hacían pizca de caso de Carbón.
Emilia Pardo Bazán