malignidad


También se encuentra en: Sinónimos.

malignidad

1. s. f. Carácter de lo que es maligno teme la malignidad del diablo . benignidad
2. SICOLOGÍA Propensión del ánimo a pensar u obrar mal.
3. MEDICINA Cualidad de los tumores cuando son graves la malignidad del cáncer le llevó a la muerte. virulencia
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

malignidad

 
f. Propensión del ánimo a pensar u obrar mal.
Calidad de maligno.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Sinónimos

malignidad

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

malignidad

malignità

malignidad

Malignität

malignidad

malignidade

malignidad

恶性肿瘤

malignidad

惡性腫瘤

malignidad

SF
1. (Med) → malignancy
2. [de persona] (= maldad) → evil nature; (= daño) → harmfulness; (= rencor) → malice
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

malignidad

f. malignancy.
1. quality of being malignant;
2. cancerous tumor.
Spanish-English Medical Dictionary © Farlex 2012

malignidad

f malignancy
English-Spanish/Spanish-English Medical Dictionary Copyright © 2006 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved.
Ejemplos ?
L'acritud de su carácter, la hiel de sus versos, deben atribuírse, más que a nativa malignidad, a las contrariedades de su vida, a su amor desgraciado, a sus continuas enfermedades, a la parálisis que años enteros le clavó en el lecho hasta victimarle en 1856.
Pero María, respondiéndole, dijo: Hombre de Dios, no creo que eso pueda pasar, antes creo con certeza que aquel que lo ha enviado para nacer entre los hombres lo protegerá contra toda malignidad, y lo conservará en su nombre al abrigo del mal.
El maligno no es tan duro ni atroz como el malvado; hará derramar lágrimas; pero tal vez se enternecerá si las vé correr. El substantivo malignidad tiene mucha mayor fuerza que el adjetivo maligno .
Gracias á la malignidad del Escritor que promovió tesoro tan inestimable: al mismo tiempo que es de reprehender el empeño del que en nuestro siglo, ó por afición á su compatriota, ó por otro motivo verdaderamente incomprehensible, pretende elevar los humildes arbustos sobre los mas altos cipreses.
––¿De quién es esta casa? ––pregunta con malignidad, porque harto lo sabía. Reflexiono un instante, y respondo: ––Señor gobernador, esta casa es del emperador mi soberano, y vuestro soberano, y yo la poseo en feudo––.
Mas duerme tranquilo ahí; En ese rincón inmundo, Para sarcasmo del mundo, Te basta tu nombre a ti. Que imbécil o descuidada La malignidad del hombre, Dejó olvidado tu nombre Sobre el sello de tu nada.
Sócrates: Es cierto; hay apariencia pero no solidez en lo que dicen; no hay medio de persuadirles de que todo lo que se encuentra entre el bien y el mal, y está por esto mezclado, es peor a causa del mal y mejor a causa del bien; que dos bienes unidos y que no tienden al mismo fin se estorban recíprocamente para llegar al término que cada uno de ellos se propone; que por la misma razón, la mezcla de dos males contrarios corrige su malignidad...
Tal cual espectador ha creído que podríamos exigir con razón algún refrán de boca de Sancho; y, por último, no podemos prescindir de desaprobar algunas frases, que dan lugar a la malignidad de los equívocos y se prestan a alusiones no del mejor género.
Los escritores que sólo saben divertir con el auxilio de tan mezquinos recursos ignoran, sin duda, que se necesita muy poco arte y muy poca habilidad cuando sólo se trata de entretener la malignidad pública; y nosotros, desde luego, declaramos que no es nuestro intento aspirar a triunfos de esta especie».
Dedicáronse a rebuscar en los antecedentes, en la familia y en el ayer de Severo Llamas alguna de esas historietas que ofrecidas por comidilla a la malignidad la enconan y soliviantan para que se alce goteando ponzoña; y encontraron, porque siempre se encuentra, aun en el pasado más puro, aun en la más honrada familia, algo que, interpretado y comentado por el odio, resulte infamante.
El mismo Juan de Avila, que después mereció el renombre de Apóstol de Andalucía, y de Maestro por excelencia, sufrió la injuria de ser acusado al Santo Oficio por sugetos envidiosos, que denunciáron sus palabras, ya que no era posible á la malignidad delatar sus obras, buscando con este hecho poner en duda su buen nombre y reputación; mas la inocencia misma del acusado le libertó de la prisión con mayor calificación de su doctrina, vencidos los calumniadores.
Quizá por esto mismo, o por otras razones que demuestran la innata malignidad e ingratitud del hombre, terminado el juego, los chicos no hacían pizca de caso de Carbón.