librarse de

librarse de

(li'βɾaɾse ðe)
verbo pronominal
evitar hacer frente a una obligación, un peligro o a algo desagradable Al fin, nos libramos de la reunión familiar.
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Traducciones
Ejemplos ?
Calificóla nuevamente de grave y peligrosísima, por estar la tibia muy destrozada, y recomendó a don Jorge absoluta inmovilidad, si quería librarse de una amputación y aun de la misma muerte...
De esta manera no es posible engañar ni transgredir la voluntad de Zeus; pues ni siquiera el Japetónida, el remediador Prometeo, logró librarse de su terrible cólera, sino que por la fuerza, aunque era muy astuto, le aprisionó una enorme cadena.
ARTÍCULO 60 No podrá librarse de esta orden sin que preceda justificación de que se ha cometido un delito que merezca pena más que correccional, y sin que resulte al menos por el dicho de un testigo quien es el delincuente.
Compañeros: Sofocado y aterrorizado por la tiranía que domina a Venezuela desde hace tantos años, el pueblo trabajador venezolano que tantos esfuerzos ha hecho para librarse de su verdugo está encaminándose para hacer un nuevo esfuerzo en pro de conseguir la libertad.
Contó que su confesión y comunión cuando el llamado del vicario, fueron sacrílegas, porque calló pecados muy horribles; que ese mismo día, mientras él le contaba los dineros del entable, le robó el cuaderno de los Santos Evangelios; que desde entonces lo llevaba pegado al pecho con una faja, para librarse de bala, de puñal, de picadura de culebra y de maleficios de toda laya.
Si la muerte fuera la disolución de toda la existencia tendrían los malos una gran ganancia después de la muerte, libres al mismo tiempo de su cuerpo, de su alma y de sus vicios; pero puesto que el alma es inmortal, no tiene otro medio de librarse de sus males y no hay más salvación para ella que volviéndose muy buena y muy sabia.
¡Pero siempre estas serpientes! ¡No hay modo de librarse de ellas! Alicia se sentía cada vez más confusa, pero pensó que de nada serviría todo lo que ella pudiera decir ahora y que era mejor esperar a que la Paloma terminara su discurso.
Conocerás a los hombres, víctimas de los males que ellos mismos se imponen, ciegos a los bienes que les rodean, que no oyen ni ven: son pocos los que saben librarse de la desgracia.
¿Qué ventaja sacaremos de esto, sino una mejor salud para el cuerpo; librarse de los peligros de la guerra y de la mar; en fin, tener nuestros muebles, nuestros vestidos, nuestros calzados más artísticamente hechos, porque sólo nos valdremos de los verdaderos artistas?
En un ribazo, entre aplastadas marañas de juncos, un lóbrego y fangoso agujero, y en el fondo, durmiendo la siesta de la digestión, entre peladas calaveras y costillas rotas, el dragón, un horrible y feroz animalucho, nunca visto en Valencia, enviado, sin duda, por el Señor -según decían las viejas ciudadanas- para castigo de pecadores y terror de los buenos. ¡Qué no haría la ciudad para librarse de aquel vecino molesto que turbaba su vida!...
En los tiempos prehistóricos, cuando el hombre salvaje, fiera semi-rracional, había de contentarse con grandes cantidades de alimentos vegetales, y perseguido sin cesar por otras bestias superiores, o perseguidor a su vez de las bestias inferiores, sentía la necesidad de mantener en su organismo durante largas horas los nauseabundos desperdicios de la alimentación, el intestino grueso le prestó un gran servicio desarrollándose como un órgano de indispensable necesidad. Las aves, que pueden librarse de estos residuos sin detener su movimiento, carecen de tal órgano.
México tiene hoy la oportunidad de librarse de una opresión económica que ha impedido el progreso del país y que ha imposibilitado la realización del programa social previsto en la Constitución General de la República.