gemelo

¡Eso es el mar! Gemelo de la nada, Cinto que el globo por doquier rodea, Centinela fatal, que encadenada, La tierra guarda que sorber desea.

Pero estas cosas anteriormente fueron: ahora en recóndita quietud vejece y, ella, se dedica a ti, gemelo Cástor y gemelo de Cástor.

Exclamó nuestro señor, el visionario QUETZALCOATL, la serpiente embellecida, preciosa, emplumada, sabia inteligencia creadora; nuestro gemelo escondido.

Zerbín aventajaba en porte y celo a todos los que allí topó de frente. Mostró, y lo creo, que en amor gemelo no fuese que yo él menos ardiente.

¿Porque no quieo que siendo como eres pa mí cuasi un hermano gemelo le des que decir a las gentes y que reír a las gentes y que chuflearse a las gentes?

Poco tardó en pasar del dicho al hecho: le hurtó el corcel más blanco que la leche, y de arma y traje que el gemelo viste, de enseña y mote al punto se reviste.

De sus propias heridas era ella fecunda y ni una cabeza, 70 de cien en número, fue cortada impunemente sin que con un gemelo heredero su cerviz más fuerte se hiciera.

Había dejado también Zancle y las opuestas murallas de Regio, 5 y el naufragador estrecho que, presa de un gemelo litoral, de la tierra ausonia y de la siciliana tiene los confines.

Brigbelu, el hermano menor, pero gemelo de Sarmis - Que se parece a su hermano como el ser y la sombra - Lentamente camina, levantando su antorcha Y acercando su oreja se pone a escuchar : "¡Nada!" Una hora me queda, y mira que llegaré al final Tan arriba en este mundo creado para el bien.

El injusto se iría por su camino, libre de las aspiraciones y de los remordimientos de su más austero gemelo; y el justo podría continuar seguro y voluntarioso por el recto camino en el que se complace, sin tenerse que cargar de vergüenzas y remordimientos por culpa de su malvado socio.

Así que se autogeneró un cuate (coatl: culebra) dotado de la suprema inteligencia para organizar lo que se estaba creando; un gemelo irradiante, un coatli precioso que con sus rayos de energía cósmica, forjara el penacho de la creación.

No sabía que desde los altos espacios TEZCATLIPOCA lo protegía, pues había hallado en él, un personaje apropiado para difundir su doctrina del bienestar animal. Y más ignoraba que QUETZALCOATL, como un gemelo precioso, lo acompañaba invisiblemente.