Era el obispo de Auriabella -que poco después falleció y ya estaba bastante enfermo del corazón- un señor bondadoso, lleno de unción y de dulzura, de esos que todo lo gastan en caridades; un verdadero pastor, humilde con dignidad, y alegre y chancero de puro limpia que tenía la conciencia; pero al venir a Illaos bajo la impresión de un hecho tan solemne, se encontraba muy
conmovido; traía los ojos humedecidos, la respiración cortada y fatigosa, y aún parece que le estoy viendo en el momento en que, al divisar la choza de Juan del Aguardiente, saltó aprisa del caballejo que le habíamos proporcionado, se descubrió y se inclinó hasta el suelo ante los padres del confesor de Jesucristo...
Emilia Pardo Bazán
Durante un momento el capitán pareció conmovido por las súplicas, pero no tardó en recobrar su aire adusto y replicó: -Señor Wyatt, usted está loco, y no lo escucharé.
-añadió,
conmovido también, mientras el obispo, gravemente, trazaba en el aire la bendición sobre las cabezas de los padres del santo.
Emilia Pardo Bazán
Yo sentíame conmovido: Aquellas palabras ásperas, firmes, llenas de aristas como las armas de la edad de piedra, me causaban impresión indefinible: Tenían una sonoridad antigua: Eran primitivas y augustas, como los surcos del arado en la tierra cuando cae en ellos la simiente del trigo y del maíz.
Yo quedé solo con el exclaustrado, que abriendo los largos brazos me estrechó contra su pecho, al mismo tiempo que murmuraba conmovido: —¡El Marqués de Bradomín aún se acuerda de cuando le enseñaba latín en el Monasterio de Sobrado!
En muchos jardines de Valencia cultívanse las flores en grandes extensiones, como si fueran patatas, sin que el hortelano se sienta
conmovido por su belleza, sin que se detenga a aspirarlas; cuando están en sazón, las corta lo mismo que en una siega y las envía a Madrid o a otros mercados, satisfecho de la buena cosecha, igual que si exportase vino a Francia o cebollas a Inglaterra.
Vicente Blasco Ibáñez
Acuérdate, Elena mía, que leyendo ambas este patético episodio de la Historia Americana, nuestros corazones se han conmovido vivamente, y lágrimas de compasión y de ternura han corrido por nuestras mejillas.
Los detalles de este atentado al derecho de gentes son de sobra conocidos por la opinión pública, a la que han conmovido profundamente, para que tenga necesidad de recordarlos.
Prefiero que las balancee cada cual por su parte íntima y abiertamente, pero déjeseme que diga, antes de pasar a otro tema, que estoy personalmente deslumbrado y conmovido ante semejante desfile de pueblos de mi raza insobornables, clarividentes, irreductibles en su lucha por el común anhelo de unión y libertad.
Pasados algunos minutos, durante los cuales ambos jóvenes se dieron toda clase de muestras de amistad y cariño, Alonso tomó la palabra, y con acento
conmovido aún por la escena que acabamos de referir, exclamó, dirigiéndose a su amigo: -Lope, yo sé que amas a doña Inés; ignoro si tanto como yo, pero la amas.
Gustavo Adolfo Bécquer
-Válgame la Verónica, mujer, y qué jabón que me están dando -exclamó, conmovido por el llanto de la muchacha, el señor Cristóbal-.
Una doncella que tuvo muchos años su abuelita, mi dueña la Condesa. Mirando a la vieja, murmuré casi conmovido: —¡Ay, señora, si tampoco recuerdo a mi abuela!