La estructura era evidente. Decir que se trata de una conjura, puede sonar a pretensión de importancia protagónica o delirio de persecución.
Vacilantes y tumultuosos fueron los reinados de los tres hijos y sucesores de Enrique II, amenazados por la Reforma, que se convirtió en instrumento de rebeliones manejado por los nobles que no sufrían la autoridad monárquica: el único año de gobierno de Francisco II, lo hizo funesto la conjura de Amboise, que terminó con una matanza de calvinistas; su hermano Carlos IX (1560-1574) ascendió al trono a los diez años, bajo la tutela de su madre Catalina de Médicis y no tuvo responsabilidad alguna en la sangrienta lucha que estalló en seguida entre católicos y hugonotes.
Éste no sólo ofreció de asistirle en él, sino que luego habló a otro que se llamaba Bruto Albino, que aunque no era noble, ni virtuoso, ni valiente, porque era poderoso por la multitud de gladiadores que para los espectáculos juntaba, le pareció a propósito reducirle a la conjura.
Algunos dicen: «Un hombre ofendido por otro en la Prensa o en la calle tiene el recurso de la defensa, aunque sea desesperada; pero las ofensas hechas al pudor con la pluma o con la lengua, las causadas al sentimiento religioso, las que escandalizan la conciencia de la sociedad entera, ¿quién las conjura?
Cuestiones políticas Pregúntase qué hiciera Julio César si antes de entrar en el Senado leyera el Memorial que le dieron, declarándole la conjura y los nombres de los que entraban en ella Las conjuras que se acusan, antes se castigan que se averiguan; porque se temen sin oírlas, y se creen en oyéndolas.
Y tanto divirtió su fantasía el odio innato, el miedo y la conjura que distrajo el andar del que era guía y vino a verse en una selva oscura, que enmedio tenía un monte que tenía por cima poco más que piedra dura.
Si tomamos el parecer a la naturaleza, a la presunción violenta, al efecto ya coronado, diremos que si leyera el aviso de la conjura y los nombres de los conjurados, suspendiera el camino al Senado, volviera a su palacio cuidadoso, y con secreto compendiosamente resuelto hiciera aprisionar los traidores, comprobara la fealdad del delito, y asegurando en sus maldades el horror de la pena, los hiciera morir por sentencia.
245 E busca la maga ya fasta que falla un cuerpo tan malo que por aventura le fuera negado de aver sepoltura, por haver muerto en non justa batalla; e quando de noche la gente más calla, pónelo ésta en medio de un çerco, e desde allí dentro conjura en el huerco, e todas las sonbras ultriçes sin falla.
( Argumentatio in Catillinam ) III Y realmente, Catilina, ¿qué es lo que todavía continúas aguardando, si ni la noche en sus tinieblas es capaz de oscurecer tus abominables intrigas, ni tu casa particular contener con sus paredes los gritos de tu conjura, si todo ha salido a la luz, si todo ha reventado definitivamente?
VI De hecho, ¿qué es, Catilina, lo que aún puede resultarte de agrado en esta ciudad? Nadie hay aquí que no te tema, nadie que no te aborrezca fuera de esa conjura de hombres indignos.
Sea esta dotrina difunta para los que viven, y corra por su cuenta la elección del dictamen, que el mío no es desnudo y fantástico. Medio es que en otra conjura tomó aquella heroica y varonil mujer Amalasuenta.
Y vuelto ahora con cara más amiga le suplica, le ruega. la conjura por Dios y por los hombres que le diga, ya sea buena o mala, su ventura.