atril


También se encuentra en: Sinónimos.
Búsquedas relacionadas con atril: mercado libre, podio

atril

(Del ant. latril < bajo lat. lectorile < legere, leer.)
s. m. Soporte que sostiene inclinado y abierto un libro, o papeles, para su lectura. facistol
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

atril

 
m. Mueble que sirve para sostener libros o papeles abiertos y leer con más comodidad.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

atril

(a'tɾil)
sustantivo masculino
mueble de apoyo en forma de plano inclinado para leer algo cómodamente atril del director de la orquesta
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

atril

nombre masculino
facistol
El facistol es el atril grande que sirve para sostener en las iglesias los libros del coro.
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

atril

SM (para libro) → bookrest, reading desk (Mús) → music stand (Rel) → lectern
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
en Classissima (Sección Española), Radio Clásica de Radio Nacional de España, 24 de octubre de 2010, en www.rtve.es en el-atril.com..
Entre 1791 y 1793, el arzobispo Lamourette ordenó la modificación de los coros. Esto incluyó la destrucción del atril. El coro fue restaurado a su disposición medieval entre 1935 y 1936.
La composición queda airosa gracias a la disposición de los dos ángeles que sirven de atril al libro que conducen a través de una diagonal ideal hacia el paisaje del fondo.
Fermín tenía ya el altar arreglado, dos velas encendidas, el misal en el atril abierto y sobre una mesita, que había a la derecha en el presbiterio, las vinajeras, la campanilla y una palmatoria.
En su nariz cabalgaban anteojos de cristales ahumados y se reconocía el esfuerzo de aquellos ojos cubiertos, por la forzada inclinación del cuello sobre el atril.
Acomodada en su tabrete, iba escribiendo, escribiendo, sobre el atril; y a conforme escribía, iba colgando por detrás de los trimotriles ésos, un papelón muy tieso ya escrito, que se iba enrollando, enrollando.
En un sillón de vaqueta, reluciente ya por el uso, ante una mesa, donde un atril abierto sostenía voluminoso libro, hallábase el boticario, que leía cuando entraron las dos aldeanas, y que al verlas entrar se levantó.
No se trata de un atril lleno de bustos ennegrecidos lo que hace noble; ninguno vivió para nuestra gloria, si es nuestro aquello que fue antes que nosotros: es el alma lo que hace noble, a la cual es corriente elevarse sobre la fortuna desde cualquier condición.
Aquel lujoso mueble era toda una obra, excogitada y dirigida por el minucioso aristócrata; estaba provisto de grandes ruedas que facilitarían la conducción del enfermo de una parte a otra, articulado por medio de muchos resortes, que permitían darle forma, ora de lecho militar, ora de butaca más o menos trepada; con apoyo, en este último caso para extender la pierna, y con su mesilla, su atril, su pupitre, su espejo y otros adminículos de quita y pon, admirablemente acondicionados.
La retiró, se volvió lentamente, quitó la música del atril para colocarla sobre el piano, todo con pausa y mesura, y me miró de nuevo con esforzada y dolorosa sonrisa: —¿Y si yo… le pidiera que no se fuera?… —¡Pero por Dios bendito!—exclamé—¡No se da cuenta de que me está matando con estas cosas!
Parece que la escena empezó en un altar que se distingue a la derecha, y en el que se notan misal abierto sobre atril, patena, corporal y palmatoria, que indican haber estado el fraile celebrando el Santo Sacrificio cuando fue atacado por otro personaje que se ve a corta distancia en situación de repartir porrazos con un cáliz que en la mano tiene.
Como son las tres de la tarde, y ésta de un día de trabajo, tenemos que encontrarnos, al atravesar el citado salón, con dos largas filas de muchachos sentados ante un doble atril, sobre el que unos escriben y repasan otros la lección que han de dar más tarde en la mesa presidencial que ocupa el maestro, cuya diestra no suelta la tremenda palmeta de cinco agujeros.