a un lado

Traducciones

a un lado

aside

a un lado

stranou

a un lado

til side

a un lado

beiseite

a un lado

δίπλα

a un lado

sivuun

a un lado

de côté

a un lado

sa strane

a un lado

わきへ

a un lado

한쪽으로

a un lado

opzij

a un lado

side

a un lado

na bok

a un lado

à parte, de lado

a un lado

åt sidan

a un lado

ข้างๆ

a un lado

kenar

a un lado

qua một bên

a un lado

在旁边
Ejemplos ?
—¡Lo siento! No tiene por qué contarme su vida... No me interesa. ¡Hágase a un lado! ¡El que sigue...! —¡No! —desgarrante— ¡Présteme!
Cogió un vaso con vino que se encontraba sobre una mesa de cedro, tomó un sobrecillo que se hallaba a un lado y depositó su contenido en el cristalino recipiente...
Disculpe las molestias. Desviación. Hágase a un lado. Y la metrópoli ruge estremecida por arriba y por debajo. Brotan de sus hocicos cavados, vómitos de mezcolanzas humanas; sudorosas, rabiosas, voluptuosas, espantosas.
Mas dejemos, por Dios, Señor, a un lado hablar de ira y poetizar de muerte; baste por esta vez lo aquí contado del no menos cruel infiel que fuerte; que es tiempo de volver donde he dejado a Grifón en Damasco y a su suerte con la vil Orrigila y, de su mano, aquel que es su galán, y no su hermano.
Si nos topásemos con algún sabio hombre o con algunos ancianos, háganse a un lado, cédanles el paso, deténganse un poco en tanto ellos se van y hagan una reverencia como reconocimiento a su edad.
El de Antioquía, un tonto de remate que Martán el cobarde se apellida, pues va junto a Grifón, da en el dislate de pensar que traen la fuerza compartida; y así entra también en el combate; mas. puesto a un lado.
Dejando a un lado los aspectos generales –muy importantes, por cierto- sobre los orígenes del pensamiento liberal, la historia de la llamada civilización occidental, la economía y la filosofía burguesas, sería indispensable tener en ante nuestra vista lo siguiente: 1.
Dejando a un lado a los representantes de los círculos abiertamente conservadores y a los “realistas”, es posible distinguir tres grandes tendencias políticas que se fueron delineando en el transcurso de la lucha: la liberal moderada, la liberal republicana (en sentido estrecho, bolivariana) y la democrático-radical.
Pero, dejando a un lado las observaciones tan bellamente expuestas del pensador bogotano, y engolfándonos rectamente en lo que ha de ser el tema específico de esta exposición, me pregunto: ¿hay, acaso, paridad o semejanza de intención ante la concepción de la democracia que nos afilia a nosotros y la que impera, sin mayores discrepancias, en los cuarenta y ocho Estados de la Unión americana?
«¡Malditos maderos viejos!», Exclamó don Juan, alzándose; Mas en su plan afirmándose, Dijo: «Un árbol valdrá más.» Mas mirando al techo al irse Por azar, cuál fue su asombro Cuando pegado a un escombro Otro pergamino vio, Que a un lado manifestaba Un cerrado cofrecito...
Don Jorge se retorció los bigotes, según hacía siempre que barruntaba tempestad, y sentóse en el filo de una butaca, mirando a un lado y otro con aire y desasosiego de reo en capilla.
¿Y no afirmarías mejor que de la existencia de las cosas no sabes más causas que su participación en la esencia propia a cada objeto, y que por consiguiente no sabes más razón para que uno y uno sean dos, que la participación en la dualidad, y de que uno es uno la participación de la mitad? ¿No dejarías a un lado estas adiciones y divisiones, y todas estas bellas respuestas?