Hamlet

Hamlet

 
Protagonista de la tragedia homónima de W. Shakespeare inspirada en la leyenda recogida por Saxo Grammaticus. El agresivo príncipe fingió estar loco para vengar la muerte de su padre.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Ejemplos ?
–Sí, pero... ¡me asaltan tantas dudas! –Mejor, pequeño Hamlet, mejor. ¿Dudas?, luego piensas; ¿piensas?, luego eres. –Sí, dudar es pensar.
Entre tanto te aconsejo que, si cuando lo estuvieses leyendo, alguno te preguntase: "¿qué lee usted?", le respondas como Hamlet o Polonio: words, words, words, palabras, palabras, pues son ellas la moneda común y de ley con que llenamos los bolsillos de nuestra avara inteligencia.
Sintió el muchacho que una ola de fango le envolvía, que todos los nobles impulsos experimentaban un largo silencio en su corazón, que toda su sangre hervía en un bramido de protesta. Ya que no la sombra de Hamlet, la de Andrés Cornelys cruzó por su pensamiento.
¡Vicio!... Palabras, como dice Hamlet... Yo estoy en la situación en que nos suponía el zapatero aquel que cuando se emborrachaba nos detenía a la salida del colegio, ¿recuerdas?
Se deslizaba de medio lado por las habitaciones para ocupar el menor sitio posible, y andaba con tanta suavidad como el fantasma de Hamlet, y quizá más despacio.
Pero siempre hay también algo de razón en la demencia Paráfrasis de Hamlet, acto II, escena 2: «Ocurrencias felices que suele tener la demencia, y que ni la más sana razón y lucidez podrían soltar con tanta fortuna» (palabras de Polonio a Hamlet).
Maggiolo, Scasso y Spangenberg, Gramática María Palazón y Anglés y Bovet, Literatura Eduardo Ferreira y Horacio Maldonado, Geografía Hamlet Bazzano y Washington Paullier, Francés Víctor Ricaud, y Luis Dayviere y Mme.
Cristo sin mito, solidario sin nadie. HAMLET Sus amistades lo habían conocido cuando joven, cuando el sonriente futuro le pertenecía...
"El espía del Gran Mundo", novela francesa, en la cual hay una especie de Calibán, pero bueno y fiel, que chupa en una herida el veneno de una víbora; "La gran artista y la gran señora", que después he sabido fue por un año la coqueluche de las damas de Buenos Aires; "La verdad de un epitafio", donde el héroe roba de un sepulcro a su amada, aletargada como Julieta, y le abre la mejilla de un feroz tajo para desfigurarla a los ojos de sus enemigos; "El Clavo", un individuo a quién le perforan el cráneo durante el sueño, con un clavo invisible a la autopsia, pero que algunos años después aparece Bravamente incrustado en su calavera, sobre la que un romántico medita en un cementerio, como Hamlet...
Lo prueba esa pregunta. ¡Ser o no sere, que dijo Hamlet, uno de los que inventaron a Shakespeare. –Pues a mí, Víctor, eso de ser o no ser me ha parecido siempre una solemne vaciedad.
Afortunadamente para él, no era un simple soñador o un diletante ocioso. De ser­lo, habría dudado, como Hamlet, permitiendo que la irre­solución destruyese su propósito.
He buscado por todas las capas sociales la verdad; he asistido a todas las comedias con que se festeja el Carnaval y se rinde culto a la locura y a la ridiculez humanas; he divagado largamente por arduos problemas filosóficos y sociales, antiguos y contemporáneos, sin hallar más que representación, telones alzados, nombres distintos de los consagrados por la razón y la lógica a todas las cosas, "palabras, palabras y más palabras", como dijo Hamlet...